Miles de guadalajareños presenciaron la muerte y el entierro de la Sardina

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

La Plaza Mayor apagó sus luces para ver mejor la enorme hoguera que dio muerte a la Sardina.	 (Foto: NACHO IZQUIERDO)
Por: VIRGINIA BODEGA
Doña Cuaresma volvió a vencer a Don Carnal poniendo fin así a su reinado y comenzando una época de recogimiento y sobriedad que culminará en Sábado Santo. La clausura del Carnaval 2008 no pudo ser mejor. El tiempo respetó en esta ocasión propiciando la afluencia masiva al Entierro de la Sardina. Finaliza así un Carnaval con picos de participación por el mal tiempo que dejó el fin de semana, pero que el concejal de Festejos, Jaime Carnicero, valora como “muy positivo”. Igual que llegaron, se fueron. Los Carnavales de la capital cerraron ayer por la tarde siete días de celebraciones paganas con el tradicional Entierro de la Sardina.Fue la última jornada festiva de una semana repleta de imaginación, de originalidad y de creatividad, tal y como valoraba ayer el concejal de Festejos, responsable de la organización de los diversos actos, Jaime Carnicero.
"El balance es altamente positivo a pesar de las inclemencias del tiempo, puesto que hemos pasado un fin de semana con muchísimo frío”.
El calentamiento carnavalesco, previo al inicio de las actividades y concursos de disfraces, tuvo lugar hace ya una semana, con el típico Jueves Lardero. Cientos de personas acudieron a la Plaza Mayor a disfrutar en grupo de la merienda popular a base de bocadillos de chorizo. “A pesar del frío de la tarde, asistió mucha gente”, comenta Carnicero. Ya el viernes, el pregón y anuncio de Carnaval, a cargo del periodista Antonio Herraiz, y ante la presencia de los distintos grupos carnavalescos y botargas de la capital y de muchos puntos de la provincia, quedaba inaugurado oficialmente el Carnaval 2008. Éxito es la palabra que podría definir la valoración realizada por Carnicero acerca del pregón. “Cuando una persona va de pregonero a su ciudad, la que le vio nacer, en la que siempre que se le ha necesitado ha estado ahí, se nota”.
La lluvia y el frío hicieron que el sábado quedara algo deslucido el desfile de disfraces de adultos, con una baja participación debido a las bajas temperaturas. No así ocurrió el domingo, cuando cientos de niños y bebés salieron a la calle, ilusionados, de mano de sus padres, a disfrutar de una jornada colorista a pesar del gris del cielo. Acompañados de Gigantes y Cabezudos, los niños pusieron todo lo que faltó el día anterior y llenaron de imaginación las calles de la capital. Como explica el concejal, “hubo mucha calidad en cuanto a los disfraces, a la originalidad y a la puesta en escena del carnaval infantil”.
Alta participación acogió el centro social de la calle Cifuentes en la celebración del baile de disfraces de los mayores. Simpatía, originalidad, diversión e ingenio fueron las características de la fiesta de los mayores de la ciudad.
Por último, ayer, la victoria de Doña Cuaresma ante Don Carnal puso fin a los festejos paganos del Carnaval y dio comienzo a una época de recogimiento, pescado, potaje y rezos. Tras el animado desfile de carrozas, entre las que se intercalaron los distintos protagonistas de la tarde, que contó con gran afluencia de público, –apenas se podía andar por la Plaza Mayor–, los distintos grupos de disfraces desfilaron alrededor de la Sardina, que esperaba temorosa su sentencia final.

Un desfile cálido
Tras el frío de estos últimos días, culpable de la baja afluencia de algunos actos, la tarde y la temperatura sí acompañaron en esta ocasión, haciendo que los guadalajareños salieran masivamente de sus hogares a disfrutar de los colores que ofreció el espectáculo. A lo largo de todas las calles por las que discurrió el desfile, desde El Fuerte de San Francisco, subiendo por la glorieta de Bejanque hasta la Plaza de Santo Domingo, para bajar hasta la Plaza Mayor, filas de ciudadanos se alineaban para ver pasar las carrozas, personajes y grupos que acompañaron el destino final de la Sardina. Miles de caramelos sirvieron de alfombra de colores para que el pescado llegara a la plaza del Ayuntamiento, donde le llegó su triste final.