Miles de personas pasan por el cementerio para visitar a sus fallecidos
01/11/2012 - 21:46
La festividad de Todos los Santos volvió al cementerio municipal de una capital de provincia con espíritu de pequeña comunidad. Imposible resultaba ayer visitar el cementerio sin ver algún rostro conocido, de vecino o amigo, con el que compartir unas palabras. Cepillos, balletas, jabón y flores. Muchas flores. Todos ellos volvieron al cementerio de la capital, como la solemnidad, las conversaciones y los reencuentros. La lluvia dio un paso atrás para que los vivos pudieran visitar a esos seres queridos que ya descansan en paz.
Entre las calles del cementerio había niños jugando con contenida alegría, recuerdos sobre tiempos pasados e incluso algunos familiares que eran incapaces de recordar el lugar exacto en el que se encontraba la lápida que estaban buscando. Tranquila mamá, no te agobies. También había gestos tristes erguidos ante una tumba concreta que, solitarios y silenciosos, añoraban a su otra mitad. Incluso un padre trataba de explicarle a su hijo con mucha delicadeza el significado de tan señalado día sin asustarle demasiado. Desde el pasado domingo el entorno del cementerio ha estado rodeado de flores. Once puestos se han sumado estos días a los tres habituales, repartidos entre las entradas de la calle Dos de Mayo, junto a la estación de autobuses, y la que da a la avenida de Pedro Sanz Vázquez.
Y, aunque el número de quioscos ambulantes aumenta estos días, poco tiene que ver con lo que sucedía años atrás, cuando todas las aceras que rodean el camposanto se convertían en un inmenso jardín bañado por los colores de las flores que se ponían a la venta. De hecho, los comerciantes lamentaban este año el descenso de las ventas.
En parte por el mal tiempo que les ha acompañado, pero principalmente, según ellos, por la crisis. El martes, por ejemplo, estuvo toda la jornada lloviendo y eso se dejó notar. A media mañana, los vendedores esperaban pacientes la llegada de algún valiente comprador que desafiara la lluvia y animaban a cualquiera que pasara ante su puesto a detenerse en él y refugiarse del agua. La tarde no fue muy diferente. Menos mal que el miércoles, víspera de la fiesta, y día fuerte habitualmente en términos de ventas, el cielo dio un respiro y animó a los visitantes a acercarse a llevar flores a la tumba de sus familiares.
El jueves, con el sol, volvieron el bullicio y las visitas masivas. A la meteorología y la crisis hay que sumar este año el incremento del IVA, que también ha afectado al precio de las flores. El gasto medio suele estar entre los cinco y los diez euros. Una docena de claveles o un ramo de margaritas es lo que más demanda tiene, aunque los hay que optan por macetas o combinaciones florales que combinan diferentes variedades.
Otro factor negativo ha sido este año el calendario. Según comentan los expertos vendedores, cuando el día de Todos los Santos cae en fin de semana, las ventas se incrementan. Ayer, las lápidas volvieron a lucir coloridos adornos. Su contraste con la solemnidad de las lápidas servía como metáfora entre las distintas actitudes de los propios visitantes.