Molina celebra una jornada para dar a cnocer sus más de 70 árboles únicos
19/03/2014 - 19:46
La comarca de Molina de Aragón vuelve a hacer gala de su patrimonio histórico y natural. Micorriza, una asociación de la comarca centrada en el medio ambiente, ha catalogado más de 70 árboles singulares y recogido casi medio centenar en un libro que presentará el próximo fin de semana, en las jornadas que tendrán lugar los días 21 y 22 de marzo. En ellas mostrarán algunos casos de los más llamativos, como el del Roble de las Ermita de Olmeda de Cobeta o el Pino Abuelo de Ventosa.
a respuesta no siempre está fuera del hogar. Hace menos de un año, cinco jóvenes de la comarca de Molina de Aragón decidieron unirse para crear una asociación, Micorriza, centrada en la protección del patrimonio natural, histórico y arquitectónico de la zona. Buen ejemplo de ello es uno de los primeros proyectos en el que se han embarcado, la catalogación de los árboles más singulares de Molina, un estudio que también ha permitido ahondar en la relación que tiene el hombre con su medio natural. Puede que uno de los ejemplos más llamativos sea el Roble de las Ermitas, situado en Olmeda de Cobeta, un árbol sagrado cuyos orígenes se remontan, según los historiadores, a la época celtibérica. Con el tiempo, los vecinos fueron haciendo cortes que él fue cicatrizando hasta horadar lo que en la actualidad es un altar en el que hay situada una pequeña virgen. El presidente de Micorriza, Ossian de Leyva, explica que éste no es un caso único.
Tenemos más de 70 árboles catalogados. Casi medio centenar de ellos estarán recogidos en la primera edición del libro que presentarán durante las jornadas de árboles singulares que acogerá Molina los días 21 y 22 de marzo. Con una tirada de 250 ejemplares, ya están trabajando en la segunda edición, en la que esperan destacar un árbol de cada uno de los municipios del Señorío. Para el futuro, les gustaría ampliar sus límites al resto de la provincia.
En las jornadas ya está confirmada la presencia de especialistas de todas partes de España. ¿Y de dónde surge este repentino interés por los árboles de Molina? De los casos únicos que se han conseguido catalogar. Eso es precisamente lo que ha ocurrido con cuatro ejemplares de chuzón salinero. Empleadas para guardar el ganado, las parideras eran construidas con sabinas. Sin embargo, en estos casos se ha podido constatar que el árbol utilizado como estructura central, en torno al que se colocan otros troncos para cerrar el chuzón, era un árbol vivo. Esto es algo muy excepcional. Hay gente que ha viajado por toda Europa y no había visto nada similar. Los árboles de Molina también pueden servir para reflejar parte de la historia del Señorío.
El Roble de la Sesma ha conseguido trascender a su propia vida. En él se juntaba la población para tomar decisiones y, aunque no ha podido sobrevivir al paso del tiempo, en Alustante se ha construido un monumento que sirve para recordarle. El que sí se mantiene firme en su puesto es el Pino Abuelo de Ventosa que, como los buenos trabajadores, logró que se reconociera la gran cantidad de resina que producía. Imponente con cada día que pasa, aquello le valió el indulto. Otros casos igualmente singulares son los de las sabinas gordas de Villar de Cobeta y Escalera, o el del Pino de las Siete Ramas, seis después de que una de ellas se secara, de Orea.
Los miembros de Micorriza tienen la esperanza de que la publicación de su catálogo tenga una doble finalidad para la comarca. Por un lado, han indicado la posición de los ejemplares visitables para tratar de dinamizar la afluencia turística a la comarca de los amantes de la naturaleza. Por otro, esperan animar a los ayuntamientos a publicar ordenanzas municipales que sirvan para proteger estos árboles tan especiales. No es algo descabellado. Leyva recuerda la atención que ya les prestan algunos municipios, como Olmeda de Cobeta, donde su alcalde, Marcos Lafoz, asegura que son los propios vecinos los que más se preocupan por cuidar esta parte de su patrimonio.
 Hay gente que se encarga de cuidar y podar los árboles, pero de podarlos bien, para que no sufran ningún daño. Además, los miembros de Micorriza han recogido en su libro tradiciones de la zona que están ligadas a los árboles, como las de los gancheros o la extracción de resina, una práctica que ha vuelto a la vida cuando ya parecía prácticamente desaparecida.
La idea era localizar lo que hay, evaluarlo, ayudar a que se proteja y, en la medida de lo posible, conseguir que sea un incentivo turístico, explica De Leyva. Para acometer el proyecto de árboles singulares, Micorriza ha contado con la financiación del Programa Think Big de Telefónica y con la colaboración del Museo de Molina y el proyecto del Geoparque. Buena parte de sus méritos quedarán constatados en las jornadas de los próximos días 21 y 22 de marzo, que cuentan con destacados ponentes y estarán retransmitidas por Radio 3. Las jornadas cuentan con un cupo máximo de 150 plazas y ya hay confirmados asistentes de Soria, Zaragoza, Cuenca y Madrid, entre otras comunidades autónomas.