Montilla defiende la vigencia y legitimidad del Estatut
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
El presidente de la Generalitat, José Montilla, defendió ayer la plena constitucionalidad del Estatut de Cataluña, su vigencia y legitimidad, subrayando la situación anómala en la que se encuentra el Tribunal Constitucional (TC) para desarrollar sus funciones y dictar sentencia.
Por su parte, la consejera de Justicia de Generalitat catalana, Monserrat Tura (PSC), pidió al presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y a los diputados que lo votaron en las Cortes que lo protejan como propio.
En un artículo publicado en El País, Montilla aseguró que defender el Estatut es defender la ley y la voluntad democrática de los catalanes y remarcó el alto grado de consenso que suscitó la resolución aprobada en el Parlament. Y afirmó que esta resolución traslada al Congreso y al Senado la urgente e inexcusable necesidad de cubrir la vacante en el TC producida por la defunción de uno de sus miembros y de desbloquear la designación de otros cuatro.
La resolución, muestra que, tras cinco intentos fallidos de dictar sentencia, el TC no está en condiciones de ejercer las tareas que constitucionalmente tiene asignadas y acuerda promover todas las acciones legales para el tribunal se declare incompetente. Por ello, propondrá a los grupos parlamentarios catalanes en el Senado que impulsen una propuesta de reforma de la ley del TC.
Montilla aseguró que no pide que se cambie las reglas del juego, sino que se cumplan, y tampoco es una reforma de presionar al TC. Dijo que señaló la severa anomalía en la que se encuentran el TC, con cuatro miembros que acabaron su mandato hace más de dos años y con otro integrante recusado. Para él, esta situación impide que el Alto Tribunal pueda desarrollar con normalidad institucional sus funciones, por lo que reclamó que esa normalidad sea restaurada y su decisión, sea cual sea, pueda ser aceptada con naturalidad. No se trata tan solo de la defensa del Estatut, sino de la defensa de una interpretación de la Constitución en la que sigamos cabiendo todos los que luchamos por ella, la defendimos y la aprobamos, reclamó. Dijo que el PP justificó su recurso contra el Estatut en el riesgo de ruptura que,, según el partido, contiene el texto, pero su plena y normal vigencia debieran bastar para desmontar tan falso argumento. José Montilla, continuó, que para él, el Estatut no solo no ha roto a España, sino que ha puesto un importante referente para otras CC.AA. en la reforma de sus propios estatutos.
El presidente de la Generalitat aseveró que la sentencia más importante en los 30 años de vida del TC no debe ser dictada en una situación tan anómala y remarcó que su imparcialidad está seriamente cuestionada. No hay sentencia que pueda juzgar los sentimientos de los ciudadanos de Catalunya ni su voluntad, todavía mayoritaria, de desarrollar su autogobierno en el marco de una España constitucional, subrayó, para añadir que lo que está en crisis no es el prestigio de una institución, sino el sentido y el alcance del pacto constitucional. Cataluña ha hablado y España no puede hacer oídos sordos ni callar. Hay demasiado en juego, concluyó.
En un artículo publicado en El País, Montilla aseguró que defender el Estatut es defender la ley y la voluntad democrática de los catalanes y remarcó el alto grado de consenso que suscitó la resolución aprobada en el Parlament. Y afirmó que esta resolución traslada al Congreso y al Senado la urgente e inexcusable necesidad de cubrir la vacante en el TC producida por la defunción de uno de sus miembros y de desbloquear la designación de otros cuatro.
La resolución, muestra que, tras cinco intentos fallidos de dictar sentencia, el TC no está en condiciones de ejercer las tareas que constitucionalmente tiene asignadas y acuerda promover todas las acciones legales para el tribunal se declare incompetente. Por ello, propondrá a los grupos parlamentarios catalanes en el Senado que impulsen una propuesta de reforma de la ley del TC.
Montilla aseguró que no pide que se cambie las reglas del juego, sino que se cumplan, y tampoco es una reforma de presionar al TC. Dijo que señaló la severa anomalía en la que se encuentran el TC, con cuatro miembros que acabaron su mandato hace más de dos años y con otro integrante recusado. Para él, esta situación impide que el Alto Tribunal pueda desarrollar con normalidad institucional sus funciones, por lo que reclamó que esa normalidad sea restaurada y su decisión, sea cual sea, pueda ser aceptada con naturalidad. No se trata tan solo de la defensa del Estatut, sino de la defensa de una interpretación de la Constitución en la que sigamos cabiendo todos los que luchamos por ella, la defendimos y la aprobamos, reclamó. Dijo que el PP justificó su recurso contra el Estatut en el riesgo de ruptura que,, según el partido, contiene el texto, pero su plena y normal vigencia debieran bastar para desmontar tan falso argumento. José Montilla, continuó, que para él, el Estatut no solo no ha roto a España, sino que ha puesto un importante referente para otras CC.AA. en la reforma de sus propios estatutos.
El presidente de la Generalitat aseveró que la sentencia más importante en los 30 años de vida del TC no debe ser dictada en una situación tan anómala y remarcó que su imparcialidad está seriamente cuestionada. No hay sentencia que pueda juzgar los sentimientos de los ciudadanos de Catalunya ni su voluntad, todavía mayoritaria, de desarrollar su autogobierno en el marco de una España constitucional, subrayó, para añadir que lo que está en crisis no es el prestigio de una institución, sino el sentido y el alcance del pacto constitucional. Cataluña ha hablado y España no puede hacer oídos sordos ni callar. Hay demasiado en juego, concluyó.