Muere Fernando Lillo Delgado, ex presidente de la AEDHE
01/10/2010 - 09:45
El Comité Ejecutivo de la Asociación de Empresarios del Henares expresó su profundo dolor ante el fallecimiento de Fernando Lillo Delgado el pasado domingo a los 83 años de edad, así como el apoyo y solidaridad de todos los empresarios de la Asociación con la familia del ex presidente de AEDHE desde 1996 hasta 2001.
El secretario general de la Asociación, Rafael Jiménez, manifestó su más sentido pesar y resaltó la gran capacidad emprendedora de Fernando Lillo, miembro fundador de la AEDHE hace más de tres décadas y cuya figura fue fundamental en la creación y el desarrollo del asociacionismo empresarial del Corredor.
Fue el 27 de septiembre de 1977 cuando un reducido grupo de empresarios, entre los que se encontraba Fernando Lillo Delgado, preocupados por su actividad en el Corredor del Henares, inquietos por la situación laboral y social del momento político y económico que entonces vivía España e impacientes por dilucidar el incierto futuro que les esperaba, decidieron unirse buscando un nexo común entre todos ellos. Se trataba de crear una organización que desde la independencia les proporcionara la fortaleza para fomentar y defender a las empresas, promover el desarrollo industrial y comercial, establecer servicios comunes o desarrollar el espíritu de solidaridad entre los asociados, entre otros objetivos.
En la primera asamblea se constituyó el primer Comité Ejecutivo, en el que Fernando Lillo Delgado, quien por entonces repartía su responsabilidad entre Amilco, empresa del sector del vidrio que se instalaba en Coslada, y una empresa de Alcalá, West Rubber, fue designado vicepresidente.
En 1996, con una gran experiencia y vinculación a la Asociación y con una acreditada reputación en el mundo empresarial, en el que había sido también vicepresidente de la Confederación Nacional de Vidrio y Cerámica, fue nombrado presidente de AEDHE.
Su alto nivel de exigencia frente a la máxima responsabilidad de la organización y su atesorada trayectoria en cuanto a la promoción del asociacionismo quedó de manifiesto en unas declaraciones realizadas a la prensa en las que afirmó: El asociacionismo en España está mal entendido; el empresario español no tiene un concepto de asociacionismo en función de las repercusiones que pueda tener; cree en el mejor de los casos que pertenecer a una asociación es pagar una cuota, ir a una asamblea general una vez al año y olvidarse.
Fue el 27 de septiembre de 1977 cuando un reducido grupo de empresarios, entre los que se encontraba Fernando Lillo Delgado, preocupados por su actividad en el Corredor del Henares, inquietos por la situación laboral y social del momento político y económico que entonces vivía España e impacientes por dilucidar el incierto futuro que les esperaba, decidieron unirse buscando un nexo común entre todos ellos. Se trataba de crear una organización que desde la independencia les proporcionara la fortaleza para fomentar y defender a las empresas, promover el desarrollo industrial y comercial, establecer servicios comunes o desarrollar el espíritu de solidaridad entre los asociados, entre otros objetivos.
En la primera asamblea se constituyó el primer Comité Ejecutivo, en el que Fernando Lillo Delgado, quien por entonces repartía su responsabilidad entre Amilco, empresa del sector del vidrio que se instalaba en Coslada, y una empresa de Alcalá, West Rubber, fue designado vicepresidente.
En 1996, con una gran experiencia y vinculación a la Asociación y con una acreditada reputación en el mundo empresarial, en el que había sido también vicepresidente de la Confederación Nacional de Vidrio y Cerámica, fue nombrado presidente de AEDHE.
Su alto nivel de exigencia frente a la máxima responsabilidad de la organización y su atesorada trayectoria en cuanto a la promoción del asociacionismo quedó de manifiesto en unas declaraciones realizadas a la prensa en las que afirmó: El asociacionismo en España está mal entendido; el empresario español no tiene un concepto de asociacionismo en función de las repercusiones que pueda tener; cree en el mejor de los casos que pertenecer a una asociación es pagar una cuota, ir a una asamblea general una vez al año y olvidarse.