Mundo Extraño: Dos buenas ideas y mucho compromiso social

15/12/2022 - 16:08 J. P.

Ta curioso el asunto. Antes, hace tiempo, lo del ´compromiso social´ tenía una lectura inequivocamente positiva. Ahora ya... vaya usted a saber. Hay gente a la que le molesta de manera automática y otros que lo defienden con fanatismo. Lo raro es que Disney, una empresa a la que tan bien le había venido ser conservadora, de repente se haya vuelto tan atrevidamente comprometida con determinados asuntos sociales que generan tremanda polémica, como la identidad de género o el ecologismo extremo, casi infantil, ambos presentes en esta película. 

De partida, Mundo Extraño sitúa la historia en un universo... paralelo, podríamos decir. El protagonista es el hijo de un reconocido explorador que hace años desapareció sin dejar rastro. Ahora, él mismo tiene su propia familia y además fue el descubridor de una planta que permite generar energía, con lo que gracias a él la calidad de vida ha mejorado en su comunidad notablemente. Sin embargo, un día le informan de que los cultivos de esa planta tan necesaria están muriendo y que él, como experto en la materia e hijo de famoso explorador, debe adentrarse en el centro de la tierra para tratar de descubrir el motivo.

La última producción de Disney une dos historias claves de la ciencia ficción. Una es, como resulta evidente, Viaje al centro de la tierra. La otra, no se puede decir porque sería un spoilerazo de los que hacen época y estropean películas. A ellas suma un discurso de primaria sobre el desarrollo sostenible y su desenfada apuesta por la diversidad sexual y racial, aunque todavía no se atreva a mostrar un beso entre dos chicos... y aquí el uso del masculino no es casual. 

Mundo Extraño empieza con energía y buenos momentos de aventuras para ver como su último tercio se vuelve excesivamente discursivo, con demasiadas discusiones sobre los conflictos generacionales. Aún así resulta una buena propuesta para acudir al cine con los niños, entretenida, y una buena forma de recordar dos clasicazos como la copa de un pino.