Noviembre

04/11/2018 - 13:34 Pedro Villaverde Martínez

El campo santo es punto de reencuentro familiar para visitar las tumbas de los antepasados, ponerles algunas flores y rezar alguna oración, si creemos, por ellos. Tradiciones que esperamos sigan adelante. 

Ya se ha iniciado este mes de noviembre con frío adelantado a los últimos días de octubre y que nos lleva al invierno. Las Festividades de Todos los Santos y el recuerdo de todos los difuntos llenan los cementerios de nuestro capital y pueblos. Este año noviembre, además de todos esos recuerdos, sigue  con el problema catalán, que amenaza la estabilidad política. Hemos venido escribiendo sobre esta situación creada en Cataluña y ciertamente no le vemos solución pues no se puede dialogar con quien sólo ofrece una solución y ésta no se adapta al marco de convivencia que nos dimos los españoles hace ahora cuarenta años. Desde hace tiempo, por no decir siempre, unas elecciones son algo muy importante en el gobierno de los pueblos; pero hay veces que resultan más calientes que otras y las próximas citas parecen cruciales. La Política se ha politizado y valga la redundancia en demasía. Buen regalo nos hicieron los dioses al transferirnos el arte político...

  Nosotros hoy, tras mencionar el asunto político queremos dedicar unas líneas a la venerable tradición de visitar las tumbas de nuestros antepasados en este primero de noviembre. Tradición muy arraigada y que cada año se repite con esa casi obligada visita a los cementerios. El campo santo es punto de reencuentro familiar para visitar las tumbas de los antepasados, ponerles algunas flores y rezar alguna oración, si creemos, por ellos. Tradiciones que esperamos sigan adelante. No podemos, pues, por menos que dedicar este comentario a nuestros seres queridos que nos dejaron y que según nuestras creencias gozan ya de ese bienestar eterno al que todos los creyentes aspiramos. Merece, pues, la pena que en este ajetreado vivir, muchas veces convulso por una u otras circunstancias, nos detengamos y cumplamos con la santa costumbre de visitar estos lugares y rezar por las almas de los que ya nos precedieron. No queremos ser pesados con el tema porque somos conscientes de que cada cual tiene sus creencias, y muy respetables. Tampoco vamos a extendernos en el tema, pues  los  sentimientos pertenecen al ámbito privado y aunque algunas veces se pongan de manifiesto como ocurre en este día de Todos los Santos, cada cual los tiene guardados dentro de sí.