Obras de San Esteban y Prim (Volumen 4)


"Me encantaría decir que lo que se está haciendo es una auténtica mierda pinchada en un palo, pero el destilador Disney de lo políticamente correcto invita a decir que esto es una deposición clavada en una estaca. De nada".

Hace casi cuatro años este periódico, que me da la oportunidad de compartir mi punto de vista, casi siempre económico, con el resto de vecinos y amigos de Guadalajara, publicó un artículo de este escribano llamado "Tanatópolis". Fue una pequeña (y dura) reflexión sobre lo auténticamente muerta que estaba nuestra ciudad y no han sido pocos de esos munícipes y compadres los que han rescatado de la hemeroteca lo tristemente bien que ha envejecido esa columna. Salvo el desmonte parcial del andamiaje del Maragato, todo sigue igual. Profecía autocumplida. Por otro lado, reconozco que este artículo ha tenido muchas versiones y varios filtros de autocensura -al menos cuatro borradores previos-, para reducir el grado de crítica, víscera, sangre, cabreo y pena sobre la actual situación del casco histórico de Guadalajara y más aún con la reciente remodelación de las Plazas de San Esteban y Prim. Al final, los primeros lectores del vómito inicial, reconocerán la valoración constructiva de esta versión aterciopelada, acolchada y mickymouseada de mi primitivo punto de vista, dejando de lado la guadaña oxidada que acompañaba a estas líneas. No es miedo a las represalias, pero recordar una vez más el veganismo de los distintos consistorios municipales (pasados, presentes y seguramente futuros) a la hora de afrontar los verdaderos problemas del centro, se puede hacer desde la proactividad y no desde la resignación de caminar entre cascotes. Me encantaría decir que lo que se está haciendo es una auténtica mierda pinchada en un palo, pero el destilador Disney de lo políticamente correcto invita a decir que esto es una deposición clavada en una estaca. De nada. 

Este artículo ha sido de género y redacción fluidas; tanto, que incluso a diez minutos de su punto final, café mediante y en presencia de un conocido líder político provincial, ha venido un arquitecto al centro manifestando su pesadumbre porque "entre la obra de Santo Domingo y los Maristas, está casi todo cerrado" y luego, el camarero que ha servido los cortados haya dicho con sorna que el resultado de la plaza de Beladiez es de clara derrota local "Tocones 2 - Árboles 5". Todas esas cosas deben ser recogidas como la visión de la calle sobre el asfalto (y arena, y escombro) que pisamos todos los días, mientras nos deleitamos entre solares (¡Que lugares!) y verjas de negocios cerradas por jubilación, derribo, hastío o falta de oportunidades. No todo es negativo, hagamos parada para ver el horizonte y disfrutar de la ilusión de esos chicos que salen del cole. "Niños, niños. futuro, futuro".  Es ilusionante ver la cara de esos mozos abrazándose a sus padres mientras reciben la merienda embotellados en sus vehículos en el turno vespertino del doble atasco diario. Volviendo a la realidad, de fondo vemos como los antiguos juzgados, amianto o "as bestas" mediante, se va a convertir en el próximo monumento a la arquitectura oxidada y obsoleta en medio del enésimo desierto de hormigón de nuestra hermosa Wad al-hayara, traducida del árabe como Valle/Río de las Piedras. Y tanto.

No conozco a absolutamente nadie que esté contento con la remodelación de las plazas de San Esteban y de Prim o que entienda la razón por la cual se hace este nuevo cambio de uno de los puntos neurálgicos mas importantes de ocio de nuestra ciudad. Los hosteleros están precisamente festejando de alegría la retirada del camino de baldosas amarillas y esperan como agua de mayor ver en su lugar de trabajo "la réplica del claustro interior del palacio junto a la pérgola de acero galvanizado con listones de madera y vegetación para crear espacios de sombra y una zona de columpios". Ironía en vaso de tubo. Tengo 38 años y es la cuarta remodelación de este espacio en mi corta vida, las mismas que versiones ha tenido este artículo. La diferencia es que a mi limpiar la bilis, me cuesta quince minutos de redacción, pero a las arcas públicas la obra le cuesta 1.023.527,54€ (el coste de la tala de la vegetación no lo cuento, es la propi). En fin, vuelvo a recordar una vez más que es ABSOLUTAMENTE NECESARIO hacer un pacto de ciudad (y en especial del centro) para que esta ciudad que compartimos tenga un plan real que sobreviva a un turnismo político y a una legislatura municipal. La pregunta es, ¿no había otra imperiosa necesidad a la cual meter mano antes? Si es que si, háganlo. Si es que no, enhorabuena, se está haciendo de puta madre (-Ozé Migué, el tono del artículo-, perdón, de manera cuqui o fantastipendamente) para conseguir unas de las ciudades con menos personalidad que conozco. Y es la que amo y vivo. A ver si a la cuarta va la vencida. Como las plazas, como este texto. Deseo que quede bien y esto tan solo sea "Tanatópolis 2. El retorno". La verdadera amnistía que hubiera salido por unanimidad es la de esta obra de San Esteban y Prim.