“Papá, llévame a la Feria”

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: Redacción
‘día del niño’ en el recinto ferial
Ayer se celebró esta tradicional jornada, con precios reducidos en las atracciones
“Papá, vamos a la feria”. Seguramente que esta frase se repitió ayer en varios hogares guadalajareños. Y es que durante esta jornada se celebró el Día del Niño en el nuevo recinto ferial. Ayer, montar en cualquiera de las atracciones era mucho más barato que en el resto de días de la semana.
Sin embargo, estos precios populares encontraron un duro competidor, el mal tiempo, lo que no impidió que la feria se abarrotase por la tarde. Algunos niños, acompañados de sus padres, paseaban provistos de paraguas por las inmediaciones del ferial a la búsqueda de su atracción favorita y algunos jóvenes se agolpaban en las casetas de los dardos y de las carabinas para probar su puntería. Estos negocios también decidieron bajar sus precios, al igual que las tómbolas, que redujeron el importe del boleto.
A pesar de la constante amenaza de lluvia y de que las Ferias y Fiestas ya habían concluido, fueron muchos los padres que se atrevieron a acompañar a sus insistentes hijos para que se montasen en las atracciones del ferial. Así pues, los niños disfrutaron de lo lindo en la barca vikinga, en la noria o en la calesita, mientras que los padres acabaron agotados del trajín que supone el ir y venir de una a otra atracción. Los niños, ya inmersos en el nuevo curso escolar, aprovecharon para pasar un día entretenido, mientras que sus progenitores y abuelos tuvieron que cambiar la hora de la siesta por llevar a los críos a la feria. La espera para montar en las atracciones se hacía algo pesada para muchos que, armados de paciencia o en algún caso de un delicioso montadito de chorizo y de una cervecita, esperaban el turno de sus hijos.
Sin duda alguna, el Día del Niño supuso para los padres una ocasión de ahorrarse unos euros. Muchos de ellos aseguraban que esperaban hasta este día para llevar a sus hijos a la feria e invertir su dinero en las atracciones de la misma. “Intentamos gastarnos algo menos de dinero durante toda la semana y lo que nos ahorramos lo gastamos en este día”, comentaba Luis, uno de los padres que, pese a las inclemencias meteorológicas, se atrevió a acompañar a su hijo, eso sí con paraguas en mano, en un día tan especial para él.
El precio de la mayoría de las atracciones era de un euro y medio –un euro menos que lo que costó durante el resto de días de la semana–. La verdad es que, en estos tiempos que corren, el bolsillo es el que manda y, por ello, aferrándose a esta máxima, los progenitores no dejan escapar estas oportunidades. Con la actual crisis, la economía no está ni mucho menos para tirar cohetes y de ahí la existencia el Día del niño. Para eso y para que los más pequeños disfrutasen de las atracciones y sus padres del ahorro.

Los dos impedimentos
Sin embargo, hubo dos factores que desmejoraron esta celebración e hicieron que muchas familias optasen por quedarse en casa.
El primero de ellos fue la amenaza constante de lluvia durante todo el día, que llegó a hacerse notar en algunos momentos del día, especialmente en la sobremesa. A muchos de los presentes en el ferial, con paraguas en mano o chubasqueros, no les importó esta circunstancia e hicieron un esfuerzo por acompañar a sus hijos al nuevo recinto ferial. “Nosotros hemos venido a disfrutar. Si comienza a llover nos meteremos en el centro comercial y nos daremos una vuelta por él. La lluvia no nos preocupa”, comentaba Mari, otra de las valientes madres que no quisieron perderse esta oportunidad única.
El segundo de ellos fue la inmersión de los pequeños en el nuevo curso escolar que comenzó hace unos días. Al día siguiente de esta celebración, los más pequeños tenían que madrugar para acudir al colegio.

Muchos recogían los bártulos
Mientras muchos niños se divertían montando en los “cacharros” de las ferias, los responsables de algunas atracciones desmontaban deprisa y corriendo toda la parafernalia de las mismas.
Las inclemencias meteorológicas y la proximidad de fiestas en otras poblaciones fueron los detonantes principales para que muchos feriantes decidiesen acelerar el desmontaje y la recogida de las atracciones. “Todo va en contra: el tiempo, la crisis y la ubicación hacen que la gente venga cada vez menos a la feria”, indicaba una de las responsables de una de las atracciones.