Pasos adelante en favor de una mejor educación, que precisa de un gran pacto

Ha finalizado, con la convocatoria extraordinaria de la EVAU, el curso escolar y es momento de planificar el siguiente, algo que en estos momentos acometen desde la consejería de Educación de manera intensa, aunque no visible. La educación es un pilar fundamental para la sociedad, cuyo futuro depende de quienes hoy cursan estudios en las aulas, sea en preescolar o post universitarios. Desde las ratios de alumnos en cada clase al estado de los centros docentes, pasando por las ayudas al estudio, el transporte, las condiciones del profesorado, los programas a impartir o los modelos de examen, todo detalle es importante para proporcionar la mejor formación al alumnado. 

  Esta semana nos deja varias noticias relevantes en esta área que abarca desde los niños de dos años a quienes se encuentran en la fase final de su carrera estudiantil. El Gobierno regional va a hacer, gradualmente, gratuita la escolarización de los niños de 2 a 3 años en las escuelas infantiles, lo que supondrá una gran ayuda a las familias, gracias a una cuantiosa inversión. Además se da un paso adelante más en la construcción del campus universitario que traerá más titulaciones a Guadalajara, convertida próximamente en una gran ciudad universitaria con lo que ello significa para la propia provincia como para los muchos alumnos que no tendrán que desplazarse para estudiar lo que quieran. El Ayuntamiento ha concedido licencia a la Universidad para las obras del nuevo aulario que tendrá capacidad para 700 plazas. Otro avance en una gran obra que deseamos ver finalizada. Y la Diputación ha convocado siete becas para trabajos de fin de master universitarios y/o tesis doctorales, último de los escalones a subir para adquirir la formación académica que les permita resultar competitivos en el mercado laboral.

  En estos días también se ha hablado de un modelo único de EVAU en toda España, algo que pone de relieve la necesidad de un pacto educativo a nivel nacional, asignatura pendiente desde los inicios de la democracia. Cada Gobierno nacional no puede aprobar su propia ley, con más o menos respaldo de la comunidad educativa, pero sin consenso con la oposición. Crea confusión y tiene efectos perjudiciales sobre el sistema, algo que debe llevar de una vez por todas a la reflexión, aunque visto que ha costado cinco años renovar un órgano constitucional poca esperanza tenemos.