Pasos de baile para recordar las Ferias de hace 100 años

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: VIRGINIA BODEGA
FERIAS Y FIESTAS
El parque de La Amistad regresó un siglo atrás en el tiempo para revivir los bailes populares que en aquellos tiempos tomaban las plazas de la ciudad durante sus fiestas. Cerca de 300 personas acudieron a la cita, patrocinada por Rayet, bien como espectadores, o bien como participantes, pues fueron muchos los que se animaron, con pareja propia o ajena, a marcarse un pasodoble, un chotis, un rigodón, una habanera, un tango o un vals, luciendo su buen hacer bajo la enorme carpa instalada en La Amistad.
Además, fueron muchos más los curiosos que, procedentes de la pasarela que cruza la A-2 y une el centro de la ciudad con el recinto ferial o paseando por el parque y las inmediaciones de La Esperanza, se detuvieron algunos minutos a observar cómo eran los bailes hace 100 años.
Y es que el espectáculo fue digno de ver, pues una docena de bailarines profesionales, reclutados de los distintos grupos de baile de la academia de Araceli y Juan, salieron ataviados con las mejores galas, ambientadas en la época que tocaba, para abrir boca y animar a los espectadores a que dejaran de serlo. Ellas, con grandes, pesadas y largas faldas que incluso les dificultaban el movimiento de los pies, encajes y guantes de raso, tacones y pequeños bolsos colgantes del brazo; ellos, con impecable ‘smoking’ de la época y con el tradicional sombrero de copa. La vistosidad de sus atuendos, un año más, cautivó a los allí presentes, y logró trasladar sus mentes a otra época, a otros tiempos que, en realidad, era de lo que se trataba.
El baile comenzó este año puntual, a las 20.00 horas, ni un minuto más, ni un minuto menos, sin los problemas técnicos que la banda de música y la organización encontraron hace un año. Tampoco se toparon bailarines, organizadores y participantes con el frío y la lluvia que el año pasado hicieron acto de presencia, aguando una actividad que, a pesar de ello, contó con muy buena participación. El buen tiempo de la tarde noche alcarreña de ayer animó aún más si cabe el evento y logró alargar la cita hasta más allá de la hora y media.
Durante todo ese tiempo la banda de música El Ramillete, especializada en este tipo de celebraciones clásicas, tuvo tiempo de tocar de todo para el deleite de los bailarines, pero sin tecnologías, sin instrumentos eléctricos, sólo con la ayuda de un pequeño amplificador –de modo que el sonido pudiera llegar con calidad–. El pasodoble fue uno de los mejor acogidos entre el público, pero también lo fueron otras piezas más ‘pachangueras’, con las que la gente se involucró más en la fiesta y se divirtió.