Patrimonio cultural de la Guadalajara funeraria
Estos días de recuerdo a los muertos, de añoranzas y tristeza, nos acercan también a un valor más de nuestra ciudad de Guadalajara.
La celebración de la festividad de Todos los Santos en Guadalajara es sinónimo de teatro en espacios monumentales de gran belleza, a veces no suficientemente valorados por los ciudadanos. Este fin de semana hemos tenido la ocasión de recrearnos con las Jornadas Mendocinas, breves representaciones teatrales realizadas en el zaguán del Palacio del Infantado, el Convento de la Piedad (Liceo Caracense), la fachada del Palacio de la Cotilla, la Concatedral de Santa María y la Cripta del Fuerte de San Francisco, bajo la organización de la Asociación Gentes de Guadalajara, como antesala al Tenorio Mendocino, que igualmente con monumentos como testigos, interpreta la obra de José Zorilla, en la que don Juan vuelve de la muerte para expiar sus pecados. Manifestación cultural de gran calidad pese a ser teatro aficionado. Por otra parte, el homenaje que tributamos a los seres queridos fallecidos con la visita a los cementerios sirve como oportunidad para conocer un lugar de paz pero también de gran interés en el que resaltan panteones familiares, esculturas yacentes, numerosas muestras de arquitectura funeraria, con gran valor histórico. El Ayuntamiento ha organizado visitas temáticas al campo santo para que los vecinos puedan poner en valor este lugar declarado como Bien de Interés Patrimonial, ruta que continúa por el Museo de Guadalajara y el Convento de la Piedad para admirar los sepulcros de Aldonza de Mendoza y Brianda de Mendoza, respectivamente. Existe un Centro de Interpretación del cementerio de Guadalajara, espacio museístico donde encontramos bienes funerarios y piezas artísticas donadas por familias de la ciudad, así como por el artista Carlos Santiesteban. Estos días de recuerdo a los muertos, de añoranzas y tristeza, nos acercan también a un valor más de nuestra ciudad de Guadalajara.