Pedro Solbes reconoce que la recesión económica está ahí
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
El riesgo de recesión económica está ahí, ha reconocido el vicepresidente económico Pedro Solbes. La tasa de paro española, ahora situada en el 10,4% de la población activa, se disparará al 12,5% el próximo año, según las previsiones oficiales del Gobierno, ratificadas por el ministro de Trabajo y Empleo la pasada semana, Celestino Corbacho.
Los institutos privados creen que el mercado laboral evolucionará aún peor, y la Fundación de las cajas de ahorros apunta que la proporción de desempleados llegará al 16% en 2010. Ya este año, la cobertura del paro tendrá un coste adicional de 2.500 a 3.000 millones de euros en cálculos del ministro de Economía y Hacienda- que correrá a cargo de los remanentes del Servicio Público de Empleo, antiguo INEM. Pero esa factura, notablemente incrementada, tendrá que ir en años futuros en los Presupuestos del Estado. Así lo vamos a hacer, y habrá que recortar el gasto en otro tipo de actividades, adelantó Solbes en una entrevista con la cadena SER. En ella desmintió, sin embargo, que vaya a producirse una congelación de los salarios de los funcionarios y otros empleados públicos.
Sobre estos mimbres tendrá que tejer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, su comparecencia de este miércoles en el Parlamento para, tras reconocer la gravedad de la situación económica, apuntar fórmulas con las que atenuar su impacto. Un único dato positivo acudirá en su auxilio: el precio del crudo sigue a la baja, al tiempo que la moneda europea pierde valor. Expresado en euros, el petróleo está ahora un 17% más barato que a mediados de julio.
Depositar la confianza en una variable tan volátil como ha demostrado ser a lo largo de su historia la cotización del crudo tiene sus peligros. Pero incluso si el listón de los 100 dólares por barril permanece imbatido, la inflación bajará desde el actual 4,9% -dato avanzado del mes de agosto- hasta una tasa que podría estar algo por debajo del 4% en los meses de noviembre referencia para la actualización de las pensiones- y diciembre próximos. El Ejecutivo lo da por seguro, contando con que el efecto estadístico jugará a favor. Impulsada por el crudo caro y el alza de las materias primas, la escalada de precios fue notable en los últimos meses de 2007. En la recta final de este año, el frenazo del consumo también contribuirá a moderar la inflación.
En la medida en que el objetivo de estabilidad de precios esté más cerca, el Banco Central Europeo podría flexibilizar la política monetaria. Rodríguez Zapatero ya ha requerido en varias ocasiones al equipo que preside Jean Claude Trichet para que tome en cuenta la desaceleración económica europea a la hora de fijar los tipos de interés, y seguramente volverá a hacerlo este miércoles.
Crecimiento cero
Aquí se acaban los factores de optimismo para la economía española, porque la recuperación de la confianza del consumidor puesta de manifiesto el pasado agosto es un indicador aislado a tomar en cuenta con gran cautela. Según matizó Pedro Solbes en sus declaraciones, aunque el Gobierno no trabaja con la hipótesis de dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo -lo que técnicamente se conoce como recesión- tampoco se mueve a distancia de esas perspectivas.
En nuestras mejores cifras actuales lo más probable es que estemos rozando el larguero, es decir, el crecimiento cero en el tercer y cuarto trimestre, el primer semestre del año que viene va a ser difícil y la luz empezará a verse en el segundo semestre del año que viene, admitió el ministro. Los indicadores avanzados que ya se conocen de la segunda parte del ejercicio no sólo confirman el estancamiento económico, sino que reflejan un retroceso de la actividad.
Sobre estos mimbres tendrá que tejer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, su comparecencia de este miércoles en el Parlamento para, tras reconocer la gravedad de la situación económica, apuntar fórmulas con las que atenuar su impacto. Un único dato positivo acudirá en su auxilio: el precio del crudo sigue a la baja, al tiempo que la moneda europea pierde valor. Expresado en euros, el petróleo está ahora un 17% más barato que a mediados de julio.
Depositar la confianza en una variable tan volátil como ha demostrado ser a lo largo de su historia la cotización del crudo tiene sus peligros. Pero incluso si el listón de los 100 dólares por barril permanece imbatido, la inflación bajará desde el actual 4,9% -dato avanzado del mes de agosto- hasta una tasa que podría estar algo por debajo del 4% en los meses de noviembre referencia para la actualización de las pensiones- y diciembre próximos. El Ejecutivo lo da por seguro, contando con que el efecto estadístico jugará a favor. Impulsada por el crudo caro y el alza de las materias primas, la escalada de precios fue notable en los últimos meses de 2007. En la recta final de este año, el frenazo del consumo también contribuirá a moderar la inflación.
En la medida en que el objetivo de estabilidad de precios esté más cerca, el Banco Central Europeo podría flexibilizar la política monetaria. Rodríguez Zapatero ya ha requerido en varias ocasiones al equipo que preside Jean Claude Trichet para que tome en cuenta la desaceleración económica europea a la hora de fijar los tipos de interés, y seguramente volverá a hacerlo este miércoles.
Crecimiento cero
Aquí se acaban los factores de optimismo para la economía española, porque la recuperación de la confianza del consumidor puesta de manifiesto el pasado agosto es un indicador aislado a tomar en cuenta con gran cautela. Según matizó Pedro Solbes en sus declaraciones, aunque el Gobierno no trabaja con la hipótesis de dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo -lo que técnicamente se conoce como recesión- tampoco se mueve a distancia de esas perspectivas.
En nuestras mejores cifras actuales lo más probable es que estemos rozando el larguero, es decir, el crecimiento cero en el tercer y cuarto trimestre, el primer semestre del año que viene va a ser difícil y la luz empezará a verse en el segundo semestre del año que viene, admitió el ministro. Los indicadores avanzados que ya se conocen de la segunda parte del ejercicio no sólo confirman el estancamiento económico, sino que reflejan un retroceso de la actividad.