Política en descrédito

30/04/2017 - 13:14 Pedro Villaverde Martínez

Nos llama en estos días la atención el hecho de que personas elegidas para ese buen gobierno se pasen alegremente a otros menesteres más lucrativos.

 

Muy fuerte nos parece aquello de Baroja cuando decía que la Política era un juego sucio entre compadres…La Política es necesaria, pero del uso al abuso hay mucho trecho y ahora parece que nos encontramos en unos tiempos en que la política parece haberse creído su necesidad pero creemos que se han pasado un bastante del uso de la misma hasta convertirla con demasiada frecuencia en abuso. Los límites del poder han de estar muy bien delimitados y parece que sólo los políticos sean los encargados de poner esos límites y como todos sabemos la avaricia es uno de esos pecados capitales que tienta a todos, y quien tiene el poder es quien puede abusar de él y casi siempre todo abuso va en detrimento de otros. Ahora hay libertad de muchas clases pero sólo puede hacer uso de ella a quien se le permite, y ahí empieza el problema. Los límites a esa libertad los ponen quienes gobiernan.Y dirán que el soberano es el pueblo, que lo es, pero pronto pierde esa soberanía en cuanto la hacen abdicar en la clase gobernante. Los gobiernos de los pueblos ejercen su poder al parecer pensando más en ellos que en el conjunto de todos…Nos llama en estos días la atención el hecho de que personas elegidas para ese buen gobierno se pasen alegremente a otros menesteres, más atractivos e incluso lucrativos. Tal vez sería conveniente, e incluso necesario, que estas cosas estuvieran reguladas de otra forma. Quienes nos dirigen y gobiernan tendrían que tener muy en cuenta que la mujer del Cesar  no sólo tiene que ser buena sino también parecerlo…La Política debe ser algo más que honrada y transparente, ejemplarizante y en estos días sentimos vergüenza por como está el ‘cotarro’ de la corrupción. Hoy estamos asistiendo a una política que necesita regenerarse más que deprisa. Escribir esto es más que llorar pero nos viene a la memoria la frase casi beatífica de “seamos tú y yo buenos y habrá dos malos menos”,pues hoy pudiera acuñarse otra muy distinta con tanta corrupción como parece encontrarse alrededor de todos. El poder debe estar para servir, pero parece que la avaricia sea uno de esos pecados capitales que anida muy mucho en casi todos los  mortales . Puede que exageremos pero muchas veces la realidad suele superar cualquier situación.