Política en descrédito

24/05/2020 - 13:51 Pedro Villaverde Martínez

Estamos asistiendo a una política que necesita regenerarse más que deprisa.

Muy fuerte nos parece aquello de Baroja cuando decía que la Política era un juego sucio entre compadres…La Política es necesaria como muy bien se dieron cuenta los dioses al tener que dotar al hombre con el arte político para su supervivencia, según el mito de Prometeo, pero del uso al abuso hay mucho trecho y ahora nos encontramos en unos tiempos en que la política parece haberse creído su necesidad.  Los límites del poder han de estar muy bien delimitados y parece que sólo los políticos sean los encargados de poner esos límites. Ahora hay libertad de muchas clases pero sólo puede hacer uso de ella a quien se le permite, y ahí empieza el problema, pues los límites a esa libertad no están escritos sino que suelen ponerse por quienes se creen, o tienen poder para ellos que en definitiva no son otros que los que mandan o gobiernan…Y dirán que el soberano es el pueblo, que lo es, para votar como haremos en repetidas ocasiones, pero pronto pierde esa soberanía en cuanto la hacen abdicar en la clase gobernante. La Política debe ser algo más que honrada y transparente, ejemplarizante. 

  En la antigua Grecia, cuna de la democracia, los más mayores, los más sabios, eran respetados. Suponía un prestigio y un orgullo ocupar cargos políticos. En estos tiempos algunos dijeron que la política no debería ser profesional, que cualquiera valía para ello durante un tiempo de su vida. Nosotros pensamos que cualquier función necesita de formación y experiencia, aunque tampoco nos agrade que algunos pasen toda su vida en política hasta el punto de necesitarla porque si pierden los cargos no tienen donde volver. Tal y como hoy como está el cotarro en que nos encontramos  con el estado de alarma, su alargamiento y las discrepancias de autonomías y oposición, recordamos aquel soneto de Quevedo cuando decía: “y no encontré donde posar mis ojos que no me recordaran destrucción y ruina” Estamos asistiendo a una política que necesita regenerarse más que deprisa. Dar crédito a la política deberá ser una prioridad para que cumpla con su finalidad, dar soluciones a los ciudadanos  y más en un momento de una crisis sin precedentes, además de garantizar estabilidad, las libertades y derechos de todos y una convivencia en paz.