Pueblos bonitos

28/02/2017 - 17:13 Luis Monje Ciruelo

Por ahora van en cabeza de pueblos bonitos en Guadalajara, Molina, en el sector de más de 2.000 habitantes, y Checa, en el de menos.

La convocatoria para saber cuáles son los pueblos más bonitos de Castilla-la Mancha puede dar lugar a disgustos y enfrentamientos entre los  aspirantes, a juzgar por lo sucedido hace miles de años en Grecia cuando se planteó quién era la diosa más bella de una reunión. Voy a ver si lo resumo. La Diosa de la Discordia, despechada por no haber sido invitadapor Zeus a una bodas, dejó sobre la mesa de varias diosas una manzana de oro con la inscripción: “Para la más bella”; como todas creían que lo eran, Zeus no se atrevió a decidir  y delegó en Paris (sin acento), un joven y atractivo príncipe, quien eligió a la diosa Afrodita, esposa de Menelao, rey de Troya, de la que se enamoró y a la que raptó. Menelao, para recuperarla,  declaró la llamada Guerra de Troya, que terminó con el famoso episodio de un gigantesco caballo de madera lleno de guerreros, que salieron por la noche y conquistaron la ciudad. No es posible que ese episodio se repita hoy, porque no son tan viscerales las rivalidades entre pueblos como entre mujeres, y las rivalidades y disputas se dirimen de otra manera. Por ahora van en cabeza de pueblos bonitos en Guadalajara, Molina en el sector de más de 2.000 habitantes, y Checa en el de menos, los dos de la misma comarca. No me gustaría hacer de Paris en este caso, porque conozco todos los de la provincia y estos dos del Señorío especialmente, los dos con méritos suficientes para ser elegidos: Molina por la impresionante vista del Alcázar y recinto amurallado con la Torre de Aragón en lo alto y su puente sobre el Gallo, y Checa, pueblo andaluz en el Alto Tajo,  por la blancura de sus casas, enjalbegadas por las mujeres checanas  con frecuencia, según han visto y aprendido, en las tierras de Jaén, a cuyas dehesas llevan a pastar sus ganados vacuno y lanar los checanos, huyendo de los fríos inviernos del Alto Tajo. Checa muestra una belleza singular con el río Genitores por el centro despeñándose en cuatro o cinco cascadas y otros tantos puentes, al que he dedicado un romance que incluye esta estrofa: “A Checa le ha dado vida/ y una original belleza/ pues por el mismo centro/ en cascadas se despeña/ y no una ni dos ni tres/ sino hasta media docena/En tiempos le dio industrias/ y hoy el turismo espera/ Y aunque tiene tantos puentes/ nunca pensó en ser Venecia. Checa es un pueblo de hermosas huertas regadas por el río Cabrillas, que baja desde Orea para unirse al Tajo cerca de Peralejos. El Genitores nace en el mismo pueblo en una gran roca tobiza que rezuma agua, de ahí su nombre: “Aguaspeña”.