Puerta grande de Jesús Romero en El Casar

03/09/2024 - 23:11 Redacción

La segunda feria del Casar fue un evento marcado por momentos de gran emoción, dificultad, y riesgo. Los novillos, de la ganadería de Hermanos González Rodríguez, se presentaron bien en cuanto a presencia, pero mostraron complicaciones que pusieron a prueba a los novilleros Jesús Romero y Samuel Navalón.

El primer toro de la tarde fue para Jesús Romero, quien demostró firmeza y templanza desde el inicio. A pesar de que el astado fue de más a menos y evidenció cierta falta de fuerza, Romero lo lidió con maestría. Logró extraer lo mejor del toro, especialmente por el pitón derecho, mostrando un toreo muy templado y poderoso. La faena, ajustada a las condiciones del animal, fue un gran inicio para la tarde.

Samuel Navalón se encargó del segundo toro, un astado bien presentado que fue recibido con unas verónicas llenas de empaque. Con la muleta, Navalón se lució toreando por ambos pitones, ganándose la música y los aplausos del público por su valentía y técnica. Sin embargo, al entrar a matar, sufrió un percance grave, recibiendo una cornada en el muslo izquierdo de 12 cm limpia que lo obligó a pasar a la enfermería, dejando la plaza en un ambiente de tensión y preocupación.

Con la plaza en vilo tras la cogida de Navalón, Jesús Romero salió a matar el tercero de la tarde. Se enfrentó a un toro muy complicado desde el inicio, pero supo imponerse con autoridad y torería. A pesar de la complejidad del astado, Romero logró hilvanar tandas por ambos pitones, destacándose de nuevo por su temple y capacidad para dominar la situación. Su esfuerzo se vio recompensado con la concesión de una oreja, levantando los ánimos en la plaza.

Finalmente, debido a la ausencia de Navalón, Jesús Romero tuvo que lidiar también el cuarto y último toro de la tarde. Este ejemplar, bien presentado y complicado desde el inicio, fue recibido por Romero con unas verónicas muy ajustadas, llevándolo a los medios con gran destreza. Con la muleta, mostró nuevamente su dominio, destacándose especialmente por el pitón derecho, donde hizo vibrar al público y consiguió que sonara la música en un cierre espectacular para la tarde.

La novillada fue una mezcla de momentos intensos y de gran peligro, con Jesús Romero destacando por su capacidad de adaptación y firmeza ante las adversidades, llevándose el reconocimiento del público y convirtiéndose en la figura central de la jornada, especialmente tras la desafortunada cornada sufrida por Samuel Navalón.