Puerta grande para los tres diestros en la primera de abono de la feria

08/09/2012 - 19:00 Redacción


   Los tres novilleros que torearon ayer tarde en la Plaza de la Isla de Trillo salieron a hombros por la puerta grande en la primera de abono de la feria taurina de la Virgen del Campo. Los novillos eran utreros de la ganadería onubense de Manuel Prieto de la Cal, dos negros, dos berrendos y dos jaboneros. La corrida la presidió Francisco Moreno, alcalde de Trillo.


  El primero en saltar al ruedo fue el diestro toledano, de Yeles, Raúl Rivera. “Mi primer toro ha sido muy noble. Le faltaba algo de trasmisión y un poco de raza, pero he podido disfrutar en la plaza y creo que hacer disfrutar a la gente”, declaraba nada más terminar su faena. Mató con una gran estocada que le valió las dos orejas, dejando también alguna buena serie con la muleta y dos buenos pares de banderillas. Su segundo enemigo fue mucho más complicado. “Le he tenido que buscar las vueltas, pero he estado firme con él. He disfrutado también su lidia y me he sentido torero. Me voy contento para casa.

  El público de Trillo ha estado muy amable y creo que les he sabido corresponder”, decía al terminar su lote, después de que el alguacil, Valentín Batanero, le entregara un apéndice más. El jerezano Angel Puerta cortó dos orejas. “He estado muy a gusto con el toro. De cerca respondía bien a los toques. Mi estocada ha sido quizá un poco baja y eso ha enfriado a la gente a la hora de pedir la segunda”, opinó al terminar su primera faena. “El segundo ha sido más complicado, venía más dormido a la muleta. He tenido que ganarle mucho la acción. Me venía midiendo, pero creo que le he sabido sacar muletazos que han tenido sabor. Es lo que se ha dejado el toro”, afirmó al finiquitar a su segundo. Ya cuando el toro estaba apagado, el diestro sufrió una cogida sin consecuencias. “Me he tirado a matarlo muy de verdad y la gente lo ha reconocido pidiendo la oreja. Me hacía falta una puerta grande y la he conseguido”, terminaba. El sevillano de Espartinas Javier Jiménez empezó mal. Su primer novillo no le dejó lucirse.

  El segundo que le había correspondido en suerte fue devuelto a los corrales por haberse lastimado un pitón en los corrales. Al sobrero, de la ganadería guadalajareña de Carmen Criado, le hizo una excelente faena, toreando con sinceridad a la muleta. Su acierto con la espada le hizo llevarse las dos orejas redondeando primera novillada de fiestas. La tarde taurina comenzaba con sol, pero en el cuarto toro comenzó a caer una llovizna. Consultadas las cuadrillas y reacondicionado el ruedo, que se encontraba en perfectas condiciones, la novillada no se llegó a detener en ningún momento.