Rajoy inaugura la nueva etapa con una oferta a Zapatero para pactar la salida de la crisis económica

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: COLPISA
Luis de Grandes se mantiene en la nueva dirección del Partido
Horas después de haber sido refrendado por los votos de los compromisarios, Mariano Rajoy ya inauguraba una nueva etapa pactista en el PP. Tal y como anunció antes de pasar por las urnas, el líder del partido opositor prometió llegar a acuerdos “hasta donde sea posible” con el Gobierno socialista y otras fuerzas políticas. Para despejar dudas de los más escépticos de su partido, garantizó que no habrá “pasteleo” en la posición “inequívoca” de los ‘populares’ contra el terrorismo. El sábado quedó conformado el nuevo organigrama en el que sigue el guadalajareño Luis de Grandes Pascual.
Horas después de haber sido refrendado por los votos de los compromisarios, Mariano Rajoy ya inauguraba una nueva etapa pactista en el PP. Tal y como anunció antes de pasar por las urnas, el líder del partido opositor prometió llegar a acuerdos “hasta donde sea posible” con el Gobierno socialista y otras fuerzas políticas. Para despejar dudas de los más escépticos de su partido, garantizó que no habrá “pasteleo” en la posición “inequívoca” de los ‘populares’ contra el terrorismo.

El discurso del presidente de los ‘populares’ en la clausura del cónclave estuvo dirigido a la sociedad y lleno de contenido social, pero el tono monocorde de su exposición debió de resultar aburrido a la audiencia porque, una vez más, los militantes ignoraron las palabras del líder y abandonaron el plenario. Como también ocurriera en la convocatoria de hace cuatro años, el goteo de compromisarios fue incesante durante toda la intervención del líder porque los congresistas debían regresar a sus lugares de origen y no había muchos motivos que les retuvieran. La pasión y la expectación concluyó con la reelección de Rajoy la noche anterior, la bronca que le propinó José María Aznar, la entrañable despedida de Ángel Acebes y el significativo aplauso a Alberto Ruiz-Gallardón.

Como si el triunfo en las urnas hubiera relajado su tensión de los últimos meses, el líder del partido opositor desgranó sus propósitos de futuro sin apasionarse. Hizo un diagnóstico de la situación actual del país, con especial énfasis en los problemas económicos a los que, según dijo, el Gobierno socialista no sabe dar respuesta. Lo que España necesita, afirmó Rajoy, “es una oposición que sepa construir, denuncie errores y que sea capaz de plantear alternativas”. Explicó que su propósito es actuar con “responsabilidad y sensatez” y sin importarle “ayudar al gobierno a encontrar el rumbo correcto”.
“Buscaré acuerdos hasta donde sea posible”, prometió. “El que no se entienda conmigo será porque no quiere entenderse, no reconoce los problemas o sus pretensiones chocan con los mandatos de la Constitución”, añadió.

Reiteró los pactos que ya ofreció al Gobierno del PSOE en su discurso en la sesión de investidura de José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso de los Diputados y añadió una nueva oferta que no estaba incluida en su programa electoral. “Queremos alcanzar acuerdos en materia de lucha contra el terrorismo, en la España de las autonomías, en nuestro modelo de protección social”, afirmó, y añadió que “si quieren, en materia de economía y empleo”.

Patronal y sindicatos

Recomendó a los socialistas que atiendan a las propuestas que le hará el PP porque el Gabinete de Rodríguez Zapatero, según afirmó, “está desvariando, no tiene mucho rumbo y no sabe qué hacer”. En presencia de los máximos representantes de la CEOE y las centrales sindicales, que asistieron como invitados a la clausura del cónclave ‘popular’, Rajoy recordó que el Gobierno busca un acuerdo con los interlocutores sociales para afrontar juntos la crisis económica. “Yo estoy a favor”, afirmó, aunque recordó que el Ejecutivo tiene una responsabilidad “indelegable” de tomar las medidas adecuadas.
“España nos necesita”, proclamó Rajoy. “Hacemos falta porque este Gobierno no va a resolver los problemas que tiene sobre la mesa”, añadió, y puso en valor las recetas económicas aplicadas por el PP en sus dos años de mandato.
“Nosotros, que sí sabemos enfrentarnos a una crisis y que hemos resuelto alguna peor que ésta, vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para que el Gobierno se equivoque lo menos posible”, prometió, al tiempo que anunciaba la oferta de “un plan de actuación claro” que incluye la exigencia de disciplina económica al Ejecutivo socialista.

Tras insistir en el énfasis de la disposición al diálogo del PP con todas las fuerzas políticas, atajó el campo para el acuerdo, sobre todo con los partidos nacionalistas. Y lo hizo en presencia de los representantes de Coalición Canaria y CiU que también fueron invitados a la última sesión del congreso de Valencia. La ausencia de los nacionalistas vascos no pasó desapercibida por una asamblea que cerró a duras penas las diferencias que mantiene en su seno sobre el entendimiento con el PNV.

Para evitar suspicacias, Rajoy ratificó la firmeza de su defensa del modelo autonómico y el mensaje unívoco en toda España con el argumento de que “no somos mutantes ni hacemos el camaleón”. Reafirmó también que mantendrá una “actitud inequívoca e inalterable frente al terrorismo, sin dudas, vacilaciones, atajos y sin pasteleos”.

Aunque apenas prestó atención a los asuntos internos de la organización, que dio por zanjados con las votaciones del sábado, intentó tranquilizar a los distintos sectores del PP y prometió que contará “con todos” porque no va “a prescindir de nadie”. A base de repetirla, quiso convertir esta idea en divisa de este XVI congreso, pero su retórica chocó con el hecho de que todos sus críticos se han visto excluidos de los órganos de dirección.

Eso sí, se ratificó en su independencia, una vez superadas las elecciones internas, al proclamar que, a partir de ahora, será el líder del PP porque así lo habrá querido su militancia, representada este fin de semana por los compromisarios del congreso de Valencia. “Estoy aquí porque vosotros habéis querido”, les dijo, “No me ha puesto ninguna multinacional, sindicato ni otra organización que no sea el Partido Popular”, concluyó.





Nuevo organigrama
La hermana de Miguel Ángel Blanco, María del Mar Blanco, forma parte de la nueva dirección del PP por designación directa de Mariano Rajoy, en un significativo guiño a los ‘populares’ vascos para paliar la ausencia del referente moral de las víctimas del terrorismo que representaba María San Gil. Todos los ‘barones’ territoriales cuentan con representación en el Comité de Dirección del partido, pero Esperanza Aguirre se vislumbra como la perdedora de este congreso, aunque Madrid cuente con numerosos representantes en el ejecutivo, donde adquiere peso Alberto Ruiz-Gallardón y ella se mantiene como miembro nato.

Mientras Aguirre pierde a su mano derecha Ignacio González, que sale del comité Ejecutivo, el alcalde coloca a su tradicional segundo, Manuel Cobo. Además, Ruiz-Gallardón, seguirá en el escogido grupo que asesorará a Rajoy en el día a día puesto que estará en el comité de dirección que sustituirá a los antiguos ‘maitines’, ahora con presencia de la secretaria general, los vicesecretarios, los portavoces parlamentarios (Soraya Sáez de Santamaría y Pío García-Escudero) y el primer edil de la capital.

Ana Botella es otra de las novedades del máximo órgano dirigente, donde estarán otros madrileños del gobierno regional, como el vicepresidente Alfredo Prada y el consejero Juan José Guemes. La presidenta de la Asamblea de Madrid, Elvira Rodríguez, conserva su puesto en el comité ejecutivo como vocal por designación directa de Rajoy.

Rejuvenecidos

En el nuevo organigrama de dirección se aprecia un considerable rejuvenecimiento de la cúpula dirigente, aunque se mantienen algunos clásicos como Javier Arenas, Federico Trillo, Juan José Lucas o Luis de Grandes.

En ese equipo directivo, y con cargos de responsabilidad, se consolidan los dirigentes más fieles, los que han permanecido al lado de Rajoy en los conflictivos prolegómenos del congreso. Ana Pastor continúa en el tercer nivel directivo, donde también estará el portavoz de Economía, Cristóbal Montoro, y Jorge Moragas quien, además, coordinará el gabinete del líder. Ascienden al cargo de coordinadores José Antonio Bermúdez, Juan Manuel Moreno y Juan Carlos Vera.

Apenas quedan vestigios del ‘aznarismo’ más puro, pues abandonan la dirección quienes fueran los más cercanos colaboradores del ex presidente, Carlos Aragonés y Gabriel Elorriaga; en cambio, continúa Miguel Ángel Cortés que guardó silencio durante los convulsos últimos meses. De la lista de Rajoy desaparece también el veterano Jaime Mayor Oreja, aunque es miembro nato del Comité de Dirección por su cargo de portavoz en el Parlamento Europeo.

Rajoy no respeta la paridad entre sexos en su nueva dirección, donde las mujeres están en franca minoría, aunque los dos cargos más importantes están ocupados por directivas, como la secretaria general, Maria Dolores de Cospedal, y la portavoz en el Congreso, Sáez de Santamaría.