Reclaman a los regantes la reparación del vaso del Canal del Henares a su paso por Marchamalo

El Canal del Henares, que atraviesa el casco urbano del municipio de norte a sur, ha sido recientemente sometido a las pertinentes labores de limpieza que cada año se llevan a cabo en su vaso en la época invernal, cuando no transporta agua para el suministro de los regadíos a los que abastece en la Vega del Henares desde el siglo XIX. Estas labores de mantenimiento, de las que se ocupa el Ayuntamiento de Marchamalo todos los años, han puesto aún más de manifiesto las importantes deficiencias que presenta en el recubrimiento de su cauce a su paso por la localidad, las cuales están causando graves problemas en las viviendas próximas debido a las importantes filtraciones de agua. El regidor marchamalero plantea la urgencia de una actuación adecuada de los responsables de esta infraestructura, fuertemente ligada al municipio por su trascendencia en el desarrollo de la economía local desde su construcción, en la que atestigua "no haber visto que se hayan realizado trabajos de mantenimiento alguno en el vaso desde que soy Alcalde" (fue elegido por primera vez en el año 2003), no sólo para evitar un mayor deterioro, sino también males mayores que están empezando a darse en los inmuebles de las proximidades, "las humedades están siendo ya preocupantes en bastantes viviendas del casco urbano, que se encuentran a escasos 30 metros del vaso del canal, lo que agrava la situación". De hecho, se ha detectado que la Comunidad de Regantes está efectuando trabajos en tramos del Canal a las afueras del municipio, en dirección a Cabanillas, pero Esteban dice desconocer “si hay intención de intervenir en el cauce del Canal a su paso por las zonas urbanas de Marchamalo”. Los importantes daños en el recubrimiento de cemento de su cauce son evidentes a simple vista, dejando ver la estructura del lecho original, con cerca de 150 años de antigüedad. Estos daños ya provocan por si mismos un serio aumento de las filtraciones, pero a ello se suma que, en algunos tramos, la piedra original también ha desaparecido, arrastrada por la corriente de agua en épocas de cultivo, lo cual provoca serios problemas de inundaciones en los sótanos de algunas viviendas y humedades que ascienden desde el subsuelo.