Ruben Urbano se trae a Sigüenza el premio al pIncho Más Original de la Red de Ciudades y Villas Medievales

20/10/2019 - 16:52 Redaccion

Por su 'Bocado de gallina especiada regada con caldo de cordero',

Adur Arrieta, chef de Tatapas Gastroteka (Hondarribia), se convirtió anoche en el Chef Medieval 2019 después de imponerse en el XII Concurso de Pinchos y Tapas Medievales que han organizado este año la Red Medieval y el Ayuntamiento de Estella-Lizarra en la ciudad del Ega. El cocinero donostiarra se había impuesto en el concurso local de la villa a la que representaba, Hondarribia, con su pintxo 'Cordero, pan, vino', y ayer hizo lo propio en Navarra. El segundo premio correspondió a Pedro Rodríguez (Restaurante El Retorno-Consuegra-Toledo), y el premio a la originalidad, a Rubén Urbano (Parador de Sigüenza-Sigüenza-Guadalajara), ambos cocineros castellano-manchegos.

El jurado estuvo integrado por Aaron Ortiz, dueño y jefe de cocina del restaurante Kabo, en Pamplona; Jorge Gea, representante del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rioja; Juan Antonio Díaz (Nono), periodista especializado en Gastronomía (Metrópoli-El Mundo), y Javier Alonso, chef a domicilio (javicooks.com).

Además del concurso, estelleses, y visitantes han podido degustar, a lo largo de sábado y domingo, la Ruta del Pincho Medieval, con todas las tapas presentadas a concurso, en nueve bares y restaurantes de la ciudad al precio de 2,5 euros (pincho y bebida incluidos).

Sigüenza, el más original 

Rubén Urbano, Jefe de Cocina del Parador de la Ciudad del Doncel, se ha llevado el premio a la originalidad por su 'Bocado de gallina especiada regada con caldo de cordero', formada por dos piezas culinarias que maridan a la perfección. La principal es un pan hecho con trigo negrillo, autóctono de Sigüenza, y trigo normal, en un porcentaje de 80/20% respectivamente. El pan, una vez elaborado, se rellena de gallina cocida, arroz, comino, cassia -condimento parecido a la canela-, y leche. Posteriormente, se fermenta a una temperatura baja, para que adquiera tanto la textura como el sabor deseados. Finamente, se hornea a 210º durante ocho minutos. El chef acompaña la degustación con un caldito de cordero, sin verdura y sin tostarlo en exceso. A la hora de crear el pincho, Rubén buscó ingredientes medievales que, al saborearlos, trasladaran al comensal a aquella época, tanto como la propia presentación. “He creado el pincho a partir de una historia y de un contexto, y creo que esto me ha hecho ser especial con respecto al resto”, decía anoche emocionado tanto con el premio como con el fin de semana vivido en Estella-Lizarra, a raíz del intercambio de experiencias personales y profesionales con otros chefs. Rubén recibió el premio de manos de la alcaldesa de Sigüenza, María Jesus Merino.