Rusia reconoce de forma oficial la independencia de Osetia del Sur y Abjasia
01/10/2010 - 09:45
El bombardeo nocturno de las tropas georgianas contra Tsjinvali -la capital surosetia- causó la muerte de centenares de civiles nuestros, argumentó Medvédev.
Saakashvili optó por el genocidio como forma de alcanzar objetivos políticos, continuó diciendo. Según sus palabras, la misma suerte le esperaba a Abjasia. En tal situación, añadió el jefe del Kremlin, esos dos pueblos tienen derecho a decidir su futuro por sí mismos. Tras el preámbulo, Medvédev anunció que Moscú reconoce la independencia de las dos provincias separatistas georgianas. Rusia llama a otros países a seguir el mismo ejemplo. Es una opción nada fácil, pero constituye la única posibilidad de preservar la vida de esas personas, concluyó el presidente ruso. Después, en unas declaraciones al canal CNN, el mandatario ruso advirtió que de acuerdo con el decreto que acabo de promulgar, Rusia se encargará de garantizar la seguridad de Osetia del Sur y Abjasia ante la posibilidad de cualquier otra agresión exterior. El lunes, las dos Cámaras del Parlamento ruso aprobaron sendos llamamientos al jefe del Estado ruso para que reconociera a los dos enclaves georgianos como estados independientes.
Una injerencia de tal magnitud en los asuntos internos de Georgia hubiera sido imposible de imaginar en relación con Rusia durante las dos guerras libradas por Moscú contra los separatistas chechenos. Las acusaciones de genocidio hubieran estado aún más fundadas, ya que, si en Osetia del Sur, según datos de la parte rusa, han muerto desde 1990 unas 4.000 personas, en Chechenia superan con creces las 100.000.
El presidente ruso ordenó el Ministerio de Exteriores que entable relaciones diplomáticas con los dos nuevos estados y firme sendos tratados de amistad y cooperación. El Ministerio de Defensa, por su parte, recibió el encargo de salvaguardar la paz en ambas regiones. El líder separatista surosetio, Eduard Kokoiti, propuso ayer a Moscú el despliegue inmediato de una base militar rusa en Osetia del Sur. Kokoiti manifestó que pronto será organizado un referéndum en la pequeña república para decidir sobre su incorporación a la Federación de Rusia.
Sin miedo
Medvédev subrayó que no tenemos miedo a nada, ni siquiera a la perspectiva de una guerra fría. En su entrevista al canal Russia Today, el presidente ruso dijo que decían que Kosovo era un caso especial, pero cada caso es especial por su naturaleza, igual que Osetia del Sur y Abjasia. A juicio de Medvédev, Occidente terminará comprendiendo los móviles de nuestra decisión, si es que quiere mantener buenas relaciones con Rusia. Si, por el contrario, optan por la confrontación, pues bien, hemos sobrevivido a situaciones de ese tipo y sobreviviremos también ahora, advirtió.
Moscú aceleró en los últimos años la concesión de la nacionalidad rusa a abjasos y surosetios, lo que ha permitido presentar el intento de las autoridades de Tiflis de recuperar su provincia rebelde como una agresión contra ciudadanos rusos. En definitiva, parece tratarse de un mecanismo de anexión encubierta de territorios ajenos. Y es que el Kremlin nunca vio con buenos ojos la competencia que supone para su sector energético las tuberías que, a través de Georgia y Turquía, transportan a Occidente los hidrocarburos extraídos en Azerbaiyán. Había que estar muy encima de una región tan estratégica. Nikolái Zlobin, responsable del Instituto de Seguridad Mundial, aseguró a la radio Eco de Moscú que, con el reconocimiento de Osetia del Sur y Abjasia como estados independientes, Rusia ha puesto punto final a la política que, durante años, venía defendiendo de conservar el actual sistema de relaciones internacionales. Según Zlobin, Moscú ha dado un giro brusco y es difícil vaticinar qué pasará a partir de ahora.
Por su parte, el politólogo ruso, Alexánder Rar, da por seguro que la frontera entre Georgia y las repúblicas de Osetia del Sur y Abjasia será la línea de delimitación en la nueva guerra fría entre Rusia y Occidente.
Reacciones
Tras la difusión del mensaje de Medvedev, las reacciones internacionales no se hicieron esperar.
La secretaria de Estado de EE.UU., Condoleeza Rice, calificó de lamentable el reconocimiento ruso, durante una conferencia de prensa en la ciudad cisjordana de Ramallah, en una nueva manifestación de su apoyo a Georgia. Mientras, la Unión Europea también quiso respaldar la integridad territorial y soberanía de Georgia en boca del portavoz del Ejecutivo comunitario, Peter Power, que aseguró que la postura de Bruselas sobre esta posibilidad es absolutamente clara, al tiempo que recordó que rodas las resoluciones previas del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el conflicto han apoyado la integridad territorial y la total soberanía de Georgia.
Pero aún así, Power se mostró convencido de que Rusia debería convertirse en miembro de la Organización Mundial del Comercio siempre y cuando se resuelvan antes varias cuestiones pendientes de resolución que afectan a varios Estados miembros y que, a su juicio, pueden superarse con la voluntad política adecuada. Sin embargo, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, afirmó que no ve la ventaja de permanecer a la OMC y añadió que Rusia debería congelar algunos compromisos hechos durante las conversaciones acerca de su ingreso.
Una injerencia de tal magnitud en los asuntos internos de Georgia hubiera sido imposible de imaginar en relación con Rusia durante las dos guerras libradas por Moscú contra los separatistas chechenos. Las acusaciones de genocidio hubieran estado aún más fundadas, ya que, si en Osetia del Sur, según datos de la parte rusa, han muerto desde 1990 unas 4.000 personas, en Chechenia superan con creces las 100.000.
El presidente ruso ordenó el Ministerio de Exteriores que entable relaciones diplomáticas con los dos nuevos estados y firme sendos tratados de amistad y cooperación. El Ministerio de Defensa, por su parte, recibió el encargo de salvaguardar la paz en ambas regiones. El líder separatista surosetio, Eduard Kokoiti, propuso ayer a Moscú el despliegue inmediato de una base militar rusa en Osetia del Sur. Kokoiti manifestó que pronto será organizado un referéndum en la pequeña república para decidir sobre su incorporación a la Federación de Rusia.
Sin miedo
Medvédev subrayó que no tenemos miedo a nada, ni siquiera a la perspectiva de una guerra fría. En su entrevista al canal Russia Today, el presidente ruso dijo que decían que Kosovo era un caso especial, pero cada caso es especial por su naturaleza, igual que Osetia del Sur y Abjasia. A juicio de Medvédev, Occidente terminará comprendiendo los móviles de nuestra decisión, si es que quiere mantener buenas relaciones con Rusia. Si, por el contrario, optan por la confrontación, pues bien, hemos sobrevivido a situaciones de ese tipo y sobreviviremos también ahora, advirtió.
Moscú aceleró en los últimos años la concesión de la nacionalidad rusa a abjasos y surosetios, lo que ha permitido presentar el intento de las autoridades de Tiflis de recuperar su provincia rebelde como una agresión contra ciudadanos rusos. En definitiva, parece tratarse de un mecanismo de anexión encubierta de territorios ajenos. Y es que el Kremlin nunca vio con buenos ojos la competencia que supone para su sector energético las tuberías que, a través de Georgia y Turquía, transportan a Occidente los hidrocarburos extraídos en Azerbaiyán. Había que estar muy encima de una región tan estratégica. Nikolái Zlobin, responsable del Instituto de Seguridad Mundial, aseguró a la radio Eco de Moscú que, con el reconocimiento de Osetia del Sur y Abjasia como estados independientes, Rusia ha puesto punto final a la política que, durante años, venía defendiendo de conservar el actual sistema de relaciones internacionales. Según Zlobin, Moscú ha dado un giro brusco y es difícil vaticinar qué pasará a partir de ahora.
Por su parte, el politólogo ruso, Alexánder Rar, da por seguro que la frontera entre Georgia y las repúblicas de Osetia del Sur y Abjasia será la línea de delimitación en la nueva guerra fría entre Rusia y Occidente.
Reacciones
Tras la difusión del mensaje de Medvedev, las reacciones internacionales no se hicieron esperar.
La secretaria de Estado de EE.UU., Condoleeza Rice, calificó de lamentable el reconocimiento ruso, durante una conferencia de prensa en la ciudad cisjordana de Ramallah, en una nueva manifestación de su apoyo a Georgia. Mientras, la Unión Europea también quiso respaldar la integridad territorial y soberanía de Georgia en boca del portavoz del Ejecutivo comunitario, Peter Power, que aseguró que la postura de Bruselas sobre esta posibilidad es absolutamente clara, al tiempo que recordó que rodas las resoluciones previas del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el conflicto han apoyado la integridad territorial y la total soberanía de Georgia.
Pero aún así, Power se mostró convencido de que Rusia debería convertirse en miembro de la Organización Mundial del Comercio siempre y cuando se resuelvan antes varias cuestiones pendientes de resolución que afectan a varios Estados miembros y que, a su juicio, pueden superarse con la voluntad política adecuada. Sin embargo, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, afirmó que no ve la ventaja de permanecer a la OMC y añadió que Rusia debería congelar algunos compromisos hechos durante las conversaciones acerca de su ingreso.