Sabino Fernández apuntó en su última entrevista que la Familia Real debe ser "más sacrificada" y "dar un ejemplo mejor"
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
Lamentó que España es "digna de una caricatura un poco trágica" y criticó la "falta de valores" de los partidos políticos
El conde de Latores y ex jefe de la Casa del Rey, Sabino Fernández Campo, defendió en la última entrevista concedida antes de morir que la Familia Real debe ser "más sacrificada" y "dar un ejemplo mejor", ante lo que reconoció que no le gustaban algunos de los últimos acontecimientos sucedidos en el seno de la monarquía española, como la separación de los duques de Lugo o la marcha a Washington de los duques de Palma.
En la entrevista, publicada en el mes de julio en la revista 'As66' y recogida por Europa Press, Fernández Campo rechazó la idea de que la monarquía tenga que 'plebeyizarse' y defendió que sus miembros deben ser "distintos" a la sociedad aunque "no ajenos". "Sentirse unidos a los súbditos pero marcando una diferencia", argumentó.
En este punto, confesó no ver con buenos ojos algunos de los últimos acontecimientos y se refirió en concreto a la separación de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar. "Es verdad que ahora todo el mundo se separa, yo he tenido diez hijos y más de la mitad se han separado --explicó--, pero eso no debe pasar, precisamente deben sacrificarse más, dar un ejemplo mejor".
Fernández Campo defendió que la Familia Real debe "acercarse al pueblo pero no identificarse en lo malo", en lo que incluyó también la decisión de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín de establecer su residencia en Washington. "Supongo que es parte de su carrera profesional y tendrá unas condiciones económicas favorables para irse, pero soy muy partidario del sacrificio, sacrificar muchas cosas para ser distintos aunque nunca opuestos", insistió.
"Preferiría que en la Familia Real no se hubieran dado ninguna de estas últimas cosas", reiteró antes de señalar que la Princesa Letizia puede aportar a la monarquía española una "experiencia práctica muy útil". A su juicio, los miembros de la Casa Real deben "estar enterados de la vida" y Doña Letizia "ha traído un viento de modernidad".
Sin embargo, reconoció que si hubiera tenido que dar un consejo a la Princesa de Asturias, aunque "no los necesita", le hubiera dicho "que no se le note demasiado que es inteligente". "Hay que disimularlo, porque si no, con aquellas personas que trata más directamente, el demostrar que tiene más experiencia, que acierta más en sus opiniones, puede causar una reacción desfavorable en los que notan esa diferencia", reflexionó.
MODIFICAR LA CONSTITUCIÓN "CON MANOS TEMBLOROSAS"
El que fuera jefe de la Casa del Rey abordó también la necesidad de reformar la Constitución para modificar la primacía del varón en la sucesión a la Corona, algo que señaló como "indispensable" porque los Príncipes "están en condiciones de tener hijos y puede estar condicionando la ampliación de la familia".
Sin embargo, alertó del peligro de "tocar también otras cosas" de la Carta Magna. "Montesquieu decía que la Constitución hay que tocarla con manos temblorosas, es decir, no meterse a modificar a la ligera porque a veces no se sabe dónde se acaba", recordó.
Respecto a la situación política de España, Fernández Campo lamentó que los partidos "no tienen más obsesión que meterse el uno con el otro" y "buscar los defectos en vez de procurar colaborar para salir adelante". Según reconoció, la política actual "desilusiona un poco" por "su falta de valores morales".
En este punto, reconoció ser un gran aficionado a pintar caricaturas y señaló que ahora reflejaría a España "con dos cejas puntiagudas". "España ahora mismo es digna de una caricatura un poco trágica, un poco triste --enfatizó--. Me da la impresión de que no estamos muy bien".
"ERRORES" DE LA TRANSICIÓN
A su juicio, uno de los defectos de la Transición fue "el tema de las autonomías". "Quizá hubo que hacerlo para salir del paso en aquel momento difícil del café para todos, que a lo mejor hubiera salido mejor con menos café y menos autonomías, o personas que quisieran dar más café que el de al lado", argumentó antes de lamentar que ahora las autonomías "que se conforman salen peor que las que piden". A su juicio, esto lleva a que sea necesario establecer un límite que fije facultades del Gobierno que no puedan ser delegadas.
Fernández Campo reconoció también que "la forma" de legalización del Partido Comunista fue otro "error" de la Transición, ya que antes el entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, había dicho a los altos jefes militares que no se le reconocería. "Me pareció un error, pero el error fue mucho mayor cuando luego, sin volverse atrás, sin decir las razones por las cuales se modificaba esta afirmación tan rotunda, que además había sentado bien entre los militares, se reconoció el partido", confesó.
PREMIOS PRÍNCIPE DE ASTURIAS
Respecto a los Premios Príncipes de Asturias, de los que Fernández Campo fue impulsor, celebró que siguen "teniendo mucha fama" pero apostó por "reservar un poco" para "la propia Asturias". Incluso, señaló la posibilidad de crear un premio para la mujer asturiana patrocinado o presidido por la Princesa.
También hizo alusión al director de la Fundación Príncipe de Asturias, Graciano García, sobre quien confesó haber trasladado una propuesta a la Casa Real "que no prosperó" para "que se marchara por la puerta grande". Según apuntó, él consideraba que Graciano García debía ser nombrado presidente de la Fundación, ya que "fue el verdadero peleador e impulsor de todos estos años".
En este punto, confesó no ver con buenos ojos algunos de los últimos acontecimientos y se refirió en concreto a la separación de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar. "Es verdad que ahora todo el mundo se separa, yo he tenido diez hijos y más de la mitad se han separado --explicó--, pero eso no debe pasar, precisamente deben sacrificarse más, dar un ejemplo mejor".
Fernández Campo defendió que la Familia Real debe "acercarse al pueblo pero no identificarse en lo malo", en lo que incluyó también la decisión de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín de establecer su residencia en Washington. "Supongo que es parte de su carrera profesional y tendrá unas condiciones económicas favorables para irse, pero soy muy partidario del sacrificio, sacrificar muchas cosas para ser distintos aunque nunca opuestos", insistió.
"Preferiría que en la Familia Real no se hubieran dado ninguna de estas últimas cosas", reiteró antes de señalar que la Princesa Letizia puede aportar a la monarquía española una "experiencia práctica muy útil". A su juicio, los miembros de la Casa Real deben "estar enterados de la vida" y Doña Letizia "ha traído un viento de modernidad".
Sin embargo, reconoció que si hubiera tenido que dar un consejo a la Princesa de Asturias, aunque "no los necesita", le hubiera dicho "que no se le note demasiado que es inteligente". "Hay que disimularlo, porque si no, con aquellas personas que trata más directamente, el demostrar que tiene más experiencia, que acierta más en sus opiniones, puede causar una reacción desfavorable en los que notan esa diferencia", reflexionó.
MODIFICAR LA CONSTITUCIÓN "CON MANOS TEMBLOROSAS"
El que fuera jefe de la Casa del Rey abordó también la necesidad de reformar la Constitución para modificar la primacía del varón en la sucesión a la Corona, algo que señaló como "indispensable" porque los Príncipes "están en condiciones de tener hijos y puede estar condicionando la ampliación de la familia".
Sin embargo, alertó del peligro de "tocar también otras cosas" de la Carta Magna. "Montesquieu decía que la Constitución hay que tocarla con manos temblorosas, es decir, no meterse a modificar a la ligera porque a veces no se sabe dónde se acaba", recordó.
Respecto a la situación política de España, Fernández Campo lamentó que los partidos "no tienen más obsesión que meterse el uno con el otro" y "buscar los defectos en vez de procurar colaborar para salir adelante". Según reconoció, la política actual "desilusiona un poco" por "su falta de valores morales".
En este punto, reconoció ser un gran aficionado a pintar caricaturas y señaló que ahora reflejaría a España "con dos cejas puntiagudas". "España ahora mismo es digna de una caricatura un poco trágica, un poco triste --enfatizó--. Me da la impresión de que no estamos muy bien".
"ERRORES" DE LA TRANSICIÓN
A su juicio, uno de los defectos de la Transición fue "el tema de las autonomías". "Quizá hubo que hacerlo para salir del paso en aquel momento difícil del café para todos, que a lo mejor hubiera salido mejor con menos café y menos autonomías, o personas que quisieran dar más café que el de al lado", argumentó antes de lamentar que ahora las autonomías "que se conforman salen peor que las que piden". A su juicio, esto lleva a que sea necesario establecer un límite que fije facultades del Gobierno que no puedan ser delegadas.
Fernández Campo reconoció también que "la forma" de legalización del Partido Comunista fue otro "error" de la Transición, ya que antes el entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, había dicho a los altos jefes militares que no se le reconocería. "Me pareció un error, pero el error fue mucho mayor cuando luego, sin volverse atrás, sin decir las razones por las cuales se modificaba esta afirmación tan rotunda, que además había sentado bien entre los militares, se reconoció el partido", confesó.
PREMIOS PRÍNCIPE DE ASTURIAS
Respecto a los Premios Príncipes de Asturias, de los que Fernández Campo fue impulsor, celebró que siguen "teniendo mucha fama" pero apostó por "reservar un poco" para "la propia Asturias". Incluso, señaló la posibilidad de crear un premio para la mujer asturiana patrocinado o presidido por la Princesa.
También hizo alusión al director de la Fundación Príncipe de Asturias, Graciano García, sobre quien confesó haber trasladado una propuesta a la Casa Real "que no prosperó" para "que se marchara por la puerta grande". Según apuntó, él consideraba que Graciano García debía ser nombrado presidente de la Fundación, ya que "fue el verdadero peleador e impulsor de todos estos años".