Saboya vuelve a salir escoltado del juzgado
01/10/2010 - 09:45
Por: VIRGINIA BODEGA
El empresario Jesús Saboya, dueño de Avicu, volvió a tener que ser escoltado ayer para salir de los juzgados de la capital, a los que acudió para asistir a uno de los muchos juicios que tiene pendientes. En medio de un impresionante despliegue policial, el empresario logró abandonar el edificio de los juzgados hacia las 11.30 horas, unas tres horas después de su llegada, en medio de los gritos e insultos de más de un centenar de trabajadores. Mientras éstos consideran la visita de Saboya a los juzgados ayer como una provocación, el empresario mostró su intención de presentar una querella criminal a los demandantes, sus abogados, el perito del proceso y los testigos que han declarado.
El empresario Jesús María Saboya, propietario de Avicu, volvió a necesitar ayer de un amplio despliegue policial para salir íntegro de los juzgados de la capital, a los que acudió para asistir a un juicio, el primero de los 26 que había previstos en el Juzgado de lo Social número 1 en la jornada de ayer. Saboya llegó a primera hora de la mañana, poco antes de las 8.30 horas, con su abogado, Ulises Morales Plaza. Lo único que ha trascendido de su breve intervención, según las fuentes consultadas, es su intención de interponer una querella criminal al demandante (el trabajador) y a sus abogados al parecer, alegando falso testimonio, al perito y a los testigos que testificaron en el juicio. Además de ello, según las mismas fuentes, su abogado centró la defensa en tratar de negar la existencia de un grupo de empresas de Saboya, aunque sí reconoció la propiedad de varias de ellas. Tras un receso Morales alegó estrés para obtenerlo, ni el empresario ni el abogado volvieron a la sala del juicio y comenzó, como ya ocurriera el pasado diciembre, el despliegue policial en el interior y en el exterior del edificio para sacar a Saboya de los juzgados, dado el clima de indignación y tensión que se vivía a las puertas del mismo, donde lo esperaba un centenar de trabajadores desesperados.
Momentos de tensión
Todos los empleados de Avicu fueron desalojados del edificio de los juzgados y llegaron dos patrullas de Policía Nacional procedentes de Madrid, como refuerzo a las locales. Una vez más, los agentes se decantaron por la puerta lateral, la que da a los sótanos de los juzgados, para sacar a Saboya hacia las 11.30 horas. Fueron los momentos más tensos de la mañana. Más de 10 agentes formaron una muralla humana para evitar que los trabajadores, totalmente indignados, se avalanzaran contra el empresario. Saboya, con su abogado delante y un cinturón policial alrededor, salió literalmente corriendo en dirección a la plaza de San Esteban, para tomar después la calle Enrique Benito Chávarri, donde le esperaba un vehículo al que montó para abandonar rápidamente la zona. Muchos trabajadores intentaron seguirle, entre insultos y gritos. Los que quedaron junto a la puerta del sótano de los juzgados trataron de superar la barrera policial pero no lo consiguieron, y se vivieron momentos complicados y tensos, pues los agentes llegaron a cargar contra los propios empleados. Una vez se marchó Saboya, los trabajadores de Avicu expresaron su ira contra la Policía Nacional, por haber protegido a una rata, como denominaron al empresario entre gritos de impotencia.
Una vez calmados los ánimos y se reanudaron los juicios, Laura Sedano, presidenta del comité de empresa de Avicu, explicó algunas novedades que se han producido en la última semana. De entre ellas destaca que el empresario ha presentado un Expediente de Regulación de Empleo ante el Juzgado de lo Mercantil, un ERE que los trabajadores ni siquiera valoran y menos cuando está en marcha, desde hace meses, el concurso de acreedores obligatorio. Acerca del nombramiento de los nuevos dirigentes de la empresa, Sedano asegura no haber mantenido contacto alguno con los mismos y manifiesta quejas y dudas acerca de la administración concursal. Por último, respecto a los incidentes de ayer, la representante de los trabajadores considera que la asistencia de Saboya es una provocación.
Momentos de tensión
Todos los empleados de Avicu fueron desalojados del edificio de los juzgados y llegaron dos patrullas de Policía Nacional procedentes de Madrid, como refuerzo a las locales. Una vez más, los agentes se decantaron por la puerta lateral, la que da a los sótanos de los juzgados, para sacar a Saboya hacia las 11.30 horas. Fueron los momentos más tensos de la mañana. Más de 10 agentes formaron una muralla humana para evitar que los trabajadores, totalmente indignados, se avalanzaran contra el empresario. Saboya, con su abogado delante y un cinturón policial alrededor, salió literalmente corriendo en dirección a la plaza de San Esteban, para tomar después la calle Enrique Benito Chávarri, donde le esperaba un vehículo al que montó para abandonar rápidamente la zona. Muchos trabajadores intentaron seguirle, entre insultos y gritos. Los que quedaron junto a la puerta del sótano de los juzgados trataron de superar la barrera policial pero no lo consiguieron, y se vivieron momentos complicados y tensos, pues los agentes llegaron a cargar contra los propios empleados. Una vez se marchó Saboya, los trabajadores de Avicu expresaron su ira contra la Policía Nacional, por haber protegido a una rata, como denominaron al empresario entre gritos de impotencia.
Una vez calmados los ánimos y se reanudaron los juicios, Laura Sedano, presidenta del comité de empresa de Avicu, explicó algunas novedades que se han producido en la última semana. De entre ellas destaca que el empresario ha presentado un Expediente de Regulación de Empleo ante el Juzgado de lo Mercantil, un ERE que los trabajadores ni siquiera valoran y menos cuando está en marcha, desde hace meses, el concurso de acreedores obligatorio. Acerca del nombramiento de los nuevos dirigentes de la empresa, Sedano asegura no haber mantenido contacto alguno con los mismos y manifiesta quejas y dudas acerca de la administración concursal. Por último, respecto a los incidentes de ayer, la representante de los trabajadores considera que la asistencia de Saboya es una provocación.