Salgado dice que no da bandazos sino que aprovecha márgenes

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, negó ayer que el Gobierno improvise o dé bandazos, y precisó que simplemente utiliza los “pequeños márgenes” que va concediendo la economía, como la corrección del déficit o la mejora de los ingresos del Estado, para “adaptar sus actuaciones”.
Durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, Salgado se defendió de los ataques de los diputados del PP, que, estadística en mano, le acusaron de desatender la competitividad de la economía española y de “asfixiar” a los ayuntamientos, así como de perder la confianza de los mercados con continuas rectificaciones.

En respuesta, la ministra de Economía y Hacienda respondió que “hay que prestar atención a los indicadores”, pero que “no son la Biblia”. Además, defendió que parte de la pérdida de competitividad se corregirá con la entrada en vigor de la reforma laboral que, recordó, “no ha tenido el apoyo del PP”.

Dicho esto, Salgado reprochó a la bancada ‘popular’ sus “declaraciones y actitudes alarmistas”, acusó al partido presidido por Mariano Rajoy de “ocultar datos”, y cerró su intervención con una cita de Albert Camus: “La estupidez insiste siempre”.

Por su parte, el diputado del PP Álvaro Nadal replicó a Salgado que “no está obsesionada con la competitividad, que es lo que tiene que hacer salir a España de la crisis”, mientras que su compañera de filas Ana Mato sentenció que “el libro de estilo del Gobierno es el de la improvisación, la rectificación y los bandazos”.

En busca de apoyos
La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, ha asegurado que el Gobierno va a buscar “todos los apoyos posibles” para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2011, pero garantizó que “eso no le va a llevar a hablar euskera en la intimidad” para lograr el apoyo del PNV. Interpelada por Cristóbal Montoro, en el Congreso, Salgado rememoró las declaraciones del ex presidente del Gobierno, José María Aznar, quien dijo hablar catalán en la intimidad y fue acusado por ello de intentar lograr así el apoyo de CiU en 1996. De esta forma, quiso transmitir que, en su caso, el Gobierno no está dispuesto a lograr el necesario apoyo del PNV a las cuentas públicas del próximo año a cualquier precio.