Sánchez Arévalo lleva a los cines ‘Gordos’, un filme sobre excesos

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
La segunda incursión en el largometraje de Daniel Sánchez Arévalo se titula Gordos, una película que como él mismo definió ayer en Madrid es “una comedia dramática sobre los excesos”, protagonizada por “unos personajes gordos físicos y emocionales, que para tapar su vacío interior deciden tragar”. Con la obesidad como metáfora, Gordos cuenta cinco historias, protagonizadas por Antonio de la Torre, Verónica Sánchez, Raúl Arévalo, Roberto Enríquez, Fernando Albizu, Pilar Castro o Teté Delgado, entre otros.
El mensaje de Gordos, que se estrena el viernes, no va encaminado a resolver los problemas de sus protagonistas una vez éstos pierdan los kilos de más que tienen. Va más allá. “La película no va de gordos, no he puesto la máxima atención en eso. Es una película de gordos físicos y gordos emocionales, que para tapar su vacío interior tragan comida o lo que haga falta”, explicó el director de AzulOscuroCasiNegro. Sánchez Arévalo quería llevar a todos los personajes “al límite, hasta reventar”. Así, cuenta cinco historias. Está Abel (Enríquez), un terapeuta que trata de encontrar la causa por la que sus pacientes Enrique (De la Torre), un presentador gay; Sofía (Leticia Herrero), una joven gordita a punto de casarse con Alex (Arévalo), su novio de toda la vida; Andrés (Albizu), un padre de familia aparentemente feliz; y Leonor (María Morales), una empresaria, han ganado peso.
Pero la obesidad no es su mayor problema. A su vez, Abel inicia una crisis de pareja cuando su mujer, Paula (Sánchez), se queda embarazada y empieza a sentir rechazo hacia ella. También están Pilar (Castro) la mujer del socio de Enrique; y Beatriz (Delgado), casada con Andrés, con el que tiene dos hijos: Luis (Adam Jezierski), que siempre se está metiendo con su hermana melliza, entradita en carnes, Nuria (Marta Martín).
Si bien casi todos los actores tuvieron que ganar y/o perder peso durante los diez meses de rodaje, la película va más allá y no sólo presenta a personajes con exceso de peso. “Me interesaba llevar a todos al límite, porque el cine es conflicto, y todos ellos se enfrentan a ellos mismos”, detalló el director, que ha tratado de mostrar “los miedos que nos van engordando” a todos.
El mayor “riesgo” para Sánchez-Arévalo fue hacer la parte dramática más dramática, y la cómica, más cómica. “Parte de mi naturaleza es hacer comedia que parte de un drama sólido. Coger historias dramáticas y darles una vuelta. Porque no me gusta el drama por el drama. Conseguir la fusión entre hacer reír y hacer llorar es el mayor riesgo”, consideró el director, que encuentra en El apartamento, de Billy Wilder, el mejor ejemplo a seguir.