Siniestro total

01/06/2020 - 19:43 Silvia Valmaña

Pérez de los Cobos coordinaba el mando único de las FFCCSE en Cataluña en los momentos del desafío soberanista y su declaración fue decisiva para fundamentar las condenas en el juicio del Procés.

No me refiero al grupo de los 80 y su “Y bailaré sobre tu tumba…”, pero podría parecerlo. Me refiero al ministro de Interior, que ha decidido bailar sobre la tumba del pobre Montesquieu. Todo esto no tendría más sentido que el anecdótico de recordarnos a Guerra en sus mejores momentos del “Montesquieu ha muerto”, si no fuera porque al patear el eterno descanso del filósofo francés, patea también en el centro mismo de nuestra democracia, de la división de poderes, de nuestra Constitución.

El cese por pérdida de confianza en el coronel Pérez de los Cobos huele mal; y huele peor porque lo decreta un ministro que de juez ya no le queda ni el recuerdo y que no duda en saltarse a la torera la Constitución y todas las leyes que exigen, precisamente como garantía de esa separación de poderes, que la Policía Judicial sólo reporte al juez bajo cuya investigación actúa.

Pérez de los Cobos coordinaba el mando único de las FFCCSE en Cataluña en los momentos del desafío soberanista en Cataluña y su declaración, firme y contundente, fue sin duda decisiva para fundamentar las condenas en el juicio del Procés y más concretamente, la del mayor Trapero. No es un hombre que se achante ante el “ambiente hostil”, ni en las calles ni en los despachos. Y como no se arrugó y no rindió cuentas y, de paso, pleitesía, pues cesado por pérdida de confianza del ministro.

Es lamentable que un ministro-juez, no tenga el más mínimo reparo en ignorar, cuando no violar directamente, el mandato constitucional refrendado en las leyes que establecen para los miembros de la Policía Judicial, la dependencia funcional de los jueces o fiscales que dirijan la investigación. La paradoja es que si se perpetra la anunciada reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que atribuirá a los fiscales la investigación de las causas, ya no será Marlaska sino la Fiscal General del Estado Delgado quien pueda obtener toda la información que sea de su interés. ¡Dios nos asista!

 Es un cese gravísimo, que hace intuir el desprecio al Estado de Derecho por parte de quienes deberían ser sus más leales servidores. Porque de lo que se trata es de SERVIR con mayúsculas, y no servirse de él para obtener una posición de ventaja ilegal e ilícita.

 Qué paradoja que este desprecio se cobre la cabeza de un servidor ejemplar como Pérez de los Cobos; que provoque la dimisión por desacuerdo con la injusta medida del DAO de la Guardia Civil que ha sido su cara visible en el mando operativo contra el Covid-19; y que todo surja de una juez que fue tratada como heroína cuando investigaba másteres y corruptelas universitarias, por los mismos que ahora quieren boicotear su trabajo.

La mujer del César tiene que ser honesta además de parecerlo y por desgracia eso no se consigue bailando sobre la tumba de Montesquieu. Lo que parece es que en el ministerio del interior hay un ambiente más bien siniestro… Total.