Solemnidad y respeto en una tumultuosa procesión de la Pasión

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: VIRGINIA BODEGA
SEMANA SANTA- PROCESIÓN DEL JUEVES
La Cofradía de la Pasión del Señor dejó en la noche del Jueves Santo su sello de solemnidad y austeridad, como cada Jueves Santo, en una de las procesiones más tumultuosas de la Semana Santa. Muchos guadalajareños siguieron a sus tres pasos a pesar del frío y la hora, las once de la noche.
Con una puntualidad casi británica, la Cofradía de la Pasión del Señor sacó anoche sus tres pasos a las calles de la capital, donde les esperaba el respeto y el ambiente de solemnidad y silencio que caracteriza a esta procesión, una de las más tumultuosas de la Semana Santa alcarreña. Marcaban poco más de las 11 de la noche, hora de inicio prevista, cuando la imagen titular de la hermandad, Nuestro Padre Jesús de la Pasión, comenzaba a salir lentamente, sostenido por las rodillas de sus 35 cargadores, de la iglesia de Santiago Apóstol, protagonizando así uno de los momentos más emocionantes de toda la procesión. El Cristo de la Expiración, cargado por otros 10 cofrades, y Nuestra Señora de la Piedad, levantada por 38 cargadoras, esperaban su salida expectantes, al igual que lo hacían los cientos de guadalajareños apostados a las puertas de la céntrica parroquia guadalajareña en la fría noche de ayer, en la que la lluvia no hizo atisbo de aparecer, a pesar de los temores de los cofrades durante estos últimos días. “Llevo todo el día metiéndome en Internet”, decía unas horas antes de la procesión el hermano mayor de la Cofradía, Jaime del Castillo, “para ver qué tiempo va a hacer”, comentario que mostraba su preocupación por que la lluvia pudiera aguar una procesión que sale adelante con tanto esfuerzo y dedicación.
El resonar de los tambores, el acompañamiento de los hermanos penitentes, provistos de velas y cruces, la representación de la Samaritana y la Verónica o los portadores del estandarte y del Libro de Actas de la cofradía, entre otros miembros y representantes, todos con las vestimentas que marca el Jueves Santo –y en las que predominaba el morado y el blanco–, también acompañaron y aguardaron el momento, para después iniciar su periplo por las calles de la ciudad.
Fue entonces, justo antes de iniciar el paso, cuando todos los cofrades aprovecharon su unión para entonar las oraciones previas a la procesión, que hasta el año pasado se venían rezando en el interior del templo, en el caso de los cargadores del Jesús de la Pasión, y en el patio del Instituto Liceo Carracense, en el caso de los cargadores de las otras dos imágenes. Por primera vez, este año se ha decidido rezar todos juntos, lo que da idea de la unión que caracteriza a esta cofradía, por otro lado una de las más numerosas, sino la más, de toda la capital, con un total de 806 hermanos –este año acoge a 42 nuevos miembros–.