Suplir o cumplir

09/12/2019 - 11:48 Jesús Fernández

¿Para qué reformarla si se consigue lo mismo interpretándola o tergiversándola?

Ya nadie habla de reformar la Constituión. ¿Para qué reformarla si se consigue lo mismo interpretándola o tergiversándola?  La razón es porque han descubierto que no cumplirla no trae consecuencias penales. Se puede vivir incumpliéndola. Hacer política sin ella o contra ella. No es más que un documento y, como decimos con frecuencia, el papel lo soporta todo. Vivimos como si no existiese. En ella cabe todo, incluida  su trasgresión. Nunca pasa nada. Es una desgracia para la democracia que hayamos llegado a esta denominación: partidos constitucionalistas y anticonstitucionalistas. Yo creía que todos los partidos eran constitucionales Ahora unos cuantos de ellos se dedican a desobedecer la Constitución escrita, proclamada e interpretada y se dedican a crear  una Constitución invisible. Les resulta  difícil entender que fuera de la Constitución no hay democracia pero a continuación añaden que en la Constitución cabe todo.

Para ellos, no existe el mandato como esencia de la vida común. No obliga –dicen éstos- a nada ni a nadie y la realidad (inducida por ellos) va indicando lo que hay que hacer. La única constitución es la fuerza del poder Puro marxismo pues no hay ningún principio u obligación jurídica “a priori” en la vida. Todo es el resultado de las fuerzas de producción, incluida la conciencia, la religión  y los valores. Pero cuando ellos (los que no creen en esta Constitución) llegan al poder, al gobierno. lo primero que hacen es imponer y dictar una constitución. Ahí están las dictaduras comunistas de China y de Rusia, por ejemplo. Dictadura viene de dictar. Es el pensamiento dictado, la opinión autorizada, la expresión políticamente impuesta o la conducta única y uniformada. 

Hemos dicho otras veces, que una Constitución no es una ley final sino que es el principio (protoley) o marco de toda ley nueva, positiva que venga en el futuro. La Constitución  98, no es un código. Pero tiene algunas afirmaciones explícitas que sirven de cauce para las futuras leyes en formato democrático y consensuado, ya sea una ley civil o penal. La teoría política nos dice que los derechos humanos no les crean o conceden las constituciones de los Estados constituidos  sino que dichos derechos nacen directamente de la dignidad de la persona, vienen o existen por ella y con ella. Los Estados y las Constituciones, en materia de derechos,  no hacen mas que “reconocerles” y garantizar su respeto o cumplimiento. Tampoco vale aquella interpretación que dice que los derechos no son constitucionales hasta que no haya una ley que  desarrolle o describa su aplicación como quiere la izquierda constitucionalista respecto al derecho a la educación, en este caso. Hay ciertos partidos que deberían ocuparse más de cumplir la Constitución en vez de suplir dicha Constitución.