Tavernier cree que los cineastas no deben ser esclavos de los gustos
01/10/2010 - 09:45
El director de cine Bertrand Tavernier considera que los artistas del mundo del cine no tienen que obedecer a los gustos del público y convertirse en sus esclavos, sino anticiparse y tomar la delantera.
Además, rechaza que el cine esté abocado a desaparecer ante la nueva generación de espectadores y recuerda que con cada nueva invención se ha proclamado en más de una ocasión la muerte del cine, algo que niega que vaya a suceder ya que el cine se adapta a las nuevas circunstancias. Los directores también se adaptan, evoluciona su mente, es algo totalmente normal, sostiene.
El cineasta francés realizó estas reflexiones con motivo de su intervención en el encuentro de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo El autor y su obra, que incluye la proyección de películas de su trayectoria seleccionadas por él mismo, en la Filmoteca de Santander. En su opinión, aunque el cine de hoy sea distinto en la superficie al que se hacía en los cuarenta o en los cincuenta, hay películas que siguen conservando la misma esencia y, como ejemplos citó No es país para viejos de los hermanos Cohen y Pozos de ambición, de Paul Thomas Anderson, que le recuerdan a los largometrajes de John Houston o Raoul Walsh, además de la última Palma de Oro de Cannes, Entre los muros, de Laurent Cantet, que, a su juicio, readapta el melodrama clásico.
Tavernier también alabó la tarea del manchego Pedro Almodóvar, aunque explicó que el protagonismo de éste quizá no deje ver las virtudes y trabajos de otros directores españoles como La soledad de Jaime Rosales, la ganadora en la última gala de los Goya, o Calle 54 de Fernando Trueba.
El cineasta francés realizó estas reflexiones con motivo de su intervención en el encuentro de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo El autor y su obra, que incluye la proyección de películas de su trayectoria seleccionadas por él mismo, en la Filmoteca de Santander. En su opinión, aunque el cine de hoy sea distinto en la superficie al que se hacía en los cuarenta o en los cincuenta, hay películas que siguen conservando la misma esencia y, como ejemplos citó No es país para viejos de los hermanos Cohen y Pozos de ambición, de Paul Thomas Anderson, que le recuerdan a los largometrajes de John Houston o Raoul Walsh, además de la última Palma de Oro de Cannes, Entre los muros, de Laurent Cantet, que, a su juicio, readapta el melodrama clásico.
Tavernier también alabó la tarea del manchego Pedro Almodóvar, aunque explicó que el protagonismo de éste quizá no deje ver las virtudes y trabajos de otros directores españoles como La soledad de Jaime Rosales, la ganadora en la última gala de los Goya, o Calle 54 de Fernando Trueba.