Trece de los quinientos diecinueve pueblos que tiene Guadalajara están totalmente deshabitados

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EFE
Un estudio del Instituto Nacional de Estadística revela que trece poblaciones de Guadalajara actualmente no cuentan con habitante alguno. La mayoría de estas poblaciones se concentra en la Sierra Norte como es el caso de La Vereda, Umbralejo o Jócar. Una cifra que puede incrementarse y llegar hasta los 25 dado que este órgano sólo recoge las entidades o núcleos de población independientes, pero no toma en cuenta pequeñas aldeas que se consideraban barios de una población mayor que generalmente era la cabecera del municipio.
Guadalajara cuenta con trece pueblos abandonados dentro dentro de sus límites provinciales según los últimos datos que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística. Una cifra que puede incrementarse y llegar hasta los 25 dado que este órgano sólo recoge las entidades o núcleos de población independientes, pero no toma en cuenta pequeñas aldeas que se consideraban barios de una población mayor que generalmente era la cabecera del municipio. La provincia encabeza este curioso ránking en la región, aunque se encuentra lejos de las cifras que existen en Asturias o Galicia donde de los más de 2.800 pueblos españoles completamente deshabitados, dos tercios se concentran en ambas autonomías. No obstante, Madrid es la comunidad con un porcentaje más alto de entidades de población abandonadas, ya que un 22 por ciento de los núcleos madrileños está deshabitado.
Este conjunto de poblaciones deshabitadas de la provincia cuentan con varias singularidades. La primera es que su gran mayoría se concentran en la Sierra Norte como es el caso de La Vereda, municipio que es el máximo exponente de la arquitectura negra de Guadalajara o Umbralejo, que se encuentra dentro del programa de de Recuperación y Utilización Educativa de Pueblos Abandonados. Una iniciativa gracias a la que se invertirán 220.000 euros hasta el año 2010 para la mejora de sus espacios. Su declive se aceleró como consecuencia de la política de repoblación forestal de los años 60 y 70 que precipitó el flujo migratorio a las ciudades. Caso similar fue el de Jócar que también se vio afectado por la expropiación de terrenos que realizó el Icona en la vertiente sur de la Sierra de Ayllón. Los vecinos de esta población terminaron vendiendo este núcleo urbano y se derribaron sus edificios.

Pueblos bajo las aguas
Mención especial merecen los municipios que, a causa de la construcción de un embalse, desaparecieron bajo las aguas. Es el caso de poblaciones como El Atance, Alcorlo –se encuentran en el seno de los pantanos que llevan su mismo nombre–, o de Santa María de los Poyos o La Isabela –en el fondo de Buendía–.