Tres viviendas afectadas por el derrumbe de un muro del cementerio de Romanones

21/04/2013 - 21:59 M.Pérez

Los vecinos de Romanones están todavía “consternados”, tal y como explica la teniente alcalde Milagros Pérez, tras el derrumbe de uno de los muros del cementerio en la noche del sábado. No hubo que lamentar daños personales pero sí muchos materiales, ya que gran parte del tapial cayó en el patio de una de las viviendas que están adosadas a él, en la calle Alvarfáñez de Minaya. En total, hay tres casas afectadas; una estaba deshabitada y muy vieja; la otra era una segunda residencia de nueva construcción y otra, estaba habitada por dos personas, que fueron desalojadas por los servicios de emergencias desplazados, Guardia Civil, Consorcio de Bomberos y 112.
La calle Alvarfáñez de Minaya permanecerá acordonada hasta que se reparen los daños 
El cementerio, propiedad del Obispado, estaba pendiente de un proyecto de rehabilitación, que se iba a ejecutar “en breve”, según la teniente de alcalde.
Hasta el lugar de los hechos se desplazaron una dotación del Consorcio Provincial de Bomberos (CEIS), la Guardia Civil y el 112. “Ellos se encargaron de desalojar la zona y acordonarla. Se portaron francamente bien con nosotros”, matiza. El pueblo estuvo movilizado hasta las cuatro de la madrugada y apenas hubo amanecido el domingo, volvieron a la calle Alvarfáñez con los arquitectos del Obispado para supervisar los desperfectos, aunque no será hay hoy, lunes, cuando se empiecen a valorar los daños reales. En la jornada de ayer pudieron observar cómo también había afectadas algunas sepulturas.
Desde el Ayuntamiento aseguran que los vecinos ya estaban “prevenidos” de que algo parecido podía ocurrir, debido al estado en el que se encontraba el tapial. “En el mes de diciembre les mandamos una carta explicándoles la situación y aconsejándoles que abandonaran sus casas”, asegura Pérez, quien recuerda cómo apenas dos horas antes del derrumbe, en dos de las casas que no estaban habitadas de continuo había habido gente limpiando y recogiendo enseres. “No se qué hubiera pasado si el muro cae antes. Nos hemos llevado un gran susto y, lo que nos queda ...”, señala.
Hasta que no reparen los daños, la calle permanecerá completamente acordonada y el matrimonio desalojado no podrá dormir en su domicilio.