Tristeza en Villel por la muerte de Antoñita

14/02/2011 - 11:29 Pedro Larrad

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Foto: VILLELITE
El pasado día 5 de febrero conocimos la triste noticia del fallecimiento de Antonia Morales. En su casa, estuvo acompañada  de su esposo Eladio, hijos Eladio-Aurora, Antonia-Ismael, Enrique y nietos Rubén y Desiré.
 El domingo se celebró el entierro, presidido por el párroco local Enrique Herránz Martínez. Durante la eucaristía, su hija Toñi leyó esta emotiva carta: “Madre, este es el momento más difícil que nos ha tocado vivir desde que tú no trajiste a este mundo. Es el momento de decirte adiós pero estoy segura de que a donde vas, te van a salir a recibir ángeles, arcángeles y un gran coro celestial, para que tú les cantes una jota como se la cantaste a la Virgen del Pilar. Has sido fuerte y luchadora hasta el final, hasta que tu corazón dejo de funcionar. Gracias madre por pasar con nosotros esta Navidad. Gracias madre por haber sido la mejor madre del mundo, por haber estado todo este tiempo con nosotros. Muchas cosas se pueden reemplazar en esta vida, pero una madre jamás. Todos hemos estado junto a ti, noche y día en tu cabecero nos tenías, con la ilusión de que aun no te irías. A tu ventana, hasta las palomas venían hacerte compañía. Madre reza por nosotros, por los que quedamos aquí. Protégenos desde allá arriba como lo has hecho aquí abajo. Y sigue tan guapa como estabas, pide a los ángeles que te peinen y canta de alegría porque seguro que ya te has encontrado con los que tú querías”.
  El cuerpo de la villelera descansa en el cementerio local.
 Al despedir a Antonia y acompañar a sus familiares, no podemos olvidar todas las imágenes y recuerdos que nos deja. Una vida dedicada a la familia, con sus bandos municipales y otros anunciando a los recién llegados a la plaza con la venta ambulante y, siempre dispuesta ayudar al  prójimo.
 En estos silencios y sobre el eco de las montañas que bordean a nuestro pueblo, resonará siempre su voz y sus jotas aragonesas.
?Como cronista y amigo de la familia, no puedo cerrar estas líneas sin manifestar mi mayor sentimiento. Vecina de mí domicilio en la Avenida de Aragón lugar donde deja sus huellas de tantas subidas y bajadas que cada día realizaba para cuidar a sus animales.
 Su esposo Eladio, hijos y nietos expresan su agradecimiento a todos cuantos le han acompañado en estos momentos tan dolorosos.