Trueque de libros, deseos y sonrisas en la Biblioteca de Dávalos
01/10/2010 - 09:45
Por: VIRGINIA BODEGA
La Biblioteca de Dávalos acogió ayer la Feria y el Mercadillo de Trueque, una actividad infantil lúdica y didáctica que persiguió despertar el gusanillo de la lectura entre los más pequeños. Hubo talleres de cine, adivinanzas y fabricación de sombreros y mucha imaginación.
El patio central de la Biblioteca de Dávalos acogió en la mañana de ayer una especial iniciativa dirigida a despertar el gusto por la lectura entre los más pequeños, los niños de entre 3 y 12 años. Con la excusa de participar en la Feria y el Mercadillo de Trueque, que así se ha llamado la cita organizada por primera vez e ideada por Susana Martínez, la Biblioteca elaboró un variado y completo programa de actividades y talleres adjuntos que entretuvo y divirtió a un buen puñado de niños y niñas de 11.00 a 13.00 horas, mientras sus padres se preparaban para la llegada de los Reyes Magos, ya por la tarde.
El Mercadillo de Trueque, como explicaba una de las técnicos de actividades de la Biblioteca de Dávalos encargada de coordinarlo, Concha Carlavilla, consistió, sin utilizar el dinero, en intercambiar libros que los niños quieran por otros y lo mismo con las películas y con los discos. Pero además de esta actividad central, de forma paralela se desarrollaron los cinco talleres en los que los niños pudieron participar: el taller de cine, la Sombrerería, el bingo Adivina Adivinanza, el Restaurante de la Lectura y el Árbol de los Regalos.
Dos horas de diversión educativa
Según fueron llegando a la peculiar feria, los niños recibieron una tarjeta con cupones que daban entrada a cada una de las cinco actividades ofertadas, de manera que, una vez realizado un taller, el cupón correspondiente fuera eliminado para no repetir la misma actividad dos veces. Uno de los cupones daba entrada al cine, cuya programación se extendió desde las 11.00 a las 13.00 horas y del que pudieron disfrutar los niños en el momento en que quisieron desde el salón de actos de la Biblioteca. Por su parte, en la Sombrerería los pequeños pudieron fabricar sus propios sombreros con materiales como cartulinas, papel pinocho o charol, un bonito complemento con el que acompañar, por ejemplo, la Cabalgata de los Reyes Magos de la tarde.
En el bingo Adivina Adivinanza, como detallaba Carlavilla, el objetivo era tachar en el cartón acertijos en lugar de números, y en el Restaurante de Lectura se pudieron degustar primero, segundo plato y postre en forma de distintos libros y cuentos infantiles, libros muy bonitos, elegidos y muy bien seleccionados para que les entre el gusanillo de la lectura a todos, aseguraba la técnico de la Biblioteca.
Y en tal día, 5 de enero, víspera de Reyes, no podían faltar los regalos. El último de los talleres, el Árbol de los Regalos, consiste en que ellos cojan un paquetito; dentro del paquete encontrarán un regalo muy especial, por ejemplo unas gotas mágicas de sabores, de manera que dependiendo del color que quieras puedes decirlo en alto y tu deseo se convierte en realidad, explicaba Carlavilla. Los niños, a partir del regalo que recibieron, tuvieron que hacer otro con pinturas, papel y el resto de materiales preparados por la Biblioteca, y se lo llevaron a casa para continuar el trueque de regalos con sus familias y amigos.
Además de hacer que muchos pequeños de la ciudad lo pasaran en grande en la mañana de ayer, uno de los días más especiales y esperados para ellos en el que el nerviosismo era ya palpable, la Biblioteca de Dávalos, sus trabajadores y colaboradores trataron de fomentar la lectura entre los más pequeños, mostrando que las historias, la imaginación y la magia de los libros también pueden ser muy divertidas.
El Mercadillo de Trueque, como explicaba una de las técnicos de actividades de la Biblioteca de Dávalos encargada de coordinarlo, Concha Carlavilla, consistió, sin utilizar el dinero, en intercambiar libros que los niños quieran por otros y lo mismo con las películas y con los discos. Pero además de esta actividad central, de forma paralela se desarrollaron los cinco talleres en los que los niños pudieron participar: el taller de cine, la Sombrerería, el bingo Adivina Adivinanza, el Restaurante de la Lectura y el Árbol de los Regalos.
Dos horas de diversión educativa
Según fueron llegando a la peculiar feria, los niños recibieron una tarjeta con cupones que daban entrada a cada una de las cinco actividades ofertadas, de manera que, una vez realizado un taller, el cupón correspondiente fuera eliminado para no repetir la misma actividad dos veces. Uno de los cupones daba entrada al cine, cuya programación se extendió desde las 11.00 a las 13.00 horas y del que pudieron disfrutar los niños en el momento en que quisieron desde el salón de actos de la Biblioteca. Por su parte, en la Sombrerería los pequeños pudieron fabricar sus propios sombreros con materiales como cartulinas, papel pinocho o charol, un bonito complemento con el que acompañar, por ejemplo, la Cabalgata de los Reyes Magos de la tarde.
En el bingo Adivina Adivinanza, como detallaba Carlavilla, el objetivo era tachar en el cartón acertijos en lugar de números, y en el Restaurante de Lectura se pudieron degustar primero, segundo plato y postre en forma de distintos libros y cuentos infantiles, libros muy bonitos, elegidos y muy bien seleccionados para que les entre el gusanillo de la lectura a todos, aseguraba la técnico de la Biblioteca.
Y en tal día, 5 de enero, víspera de Reyes, no podían faltar los regalos. El último de los talleres, el Árbol de los Regalos, consiste en que ellos cojan un paquetito; dentro del paquete encontrarán un regalo muy especial, por ejemplo unas gotas mágicas de sabores, de manera que dependiendo del color que quieras puedes decirlo en alto y tu deseo se convierte en realidad, explicaba Carlavilla. Los niños, a partir del regalo que recibieron, tuvieron que hacer otro con pinturas, papel y el resto de materiales preparados por la Biblioteca, y se lo llevaron a casa para continuar el trueque de regalos con sus familias y amigos.
Además de hacer que muchos pequeños de la ciudad lo pasaran en grande en la mañana de ayer, uno de los días más especiales y esperados para ellos en el que el nerviosismo era ya palpable, la Biblioteca de Dávalos, sus trabajadores y colaboradores trataron de fomentar la lectura entre los más pequeños, mostrando que las historias, la imaginación y la magia de los libros también pueden ser muy divertidas.