UGT exige ayuda para las empresas en quiebra
01/10/2010 - 09:45
La crisis ha disparado más de un 260 por ciento el número de empresas que se declaran insolventes. Un torrente de concursos de acreedores (260 al mes), la inmensa mayoría de ellos sin ninguna posibilidad de reflotar la empresa, inundan los juzgados de lo mercantil, que comienzan a saturarse.
En ese escenario, con 122 trabajadores afectados cada día durante el último año, UGT exige al Gobierno una reforma legal que ampare a esas plantillas, abocadas a expedientes de regulación de empleo (ERE) cicateros, y sin opción de una defensa específica ante los tribunales.
Jueces y economistas también reclaman cambios para intentar desahogar los juzgados y tratar de salvar al mayor número de compañías concursadas. Hoy, sólo un 1 por ciento de las empresas que se declaran insolventes sobreviven al concurso. Todo un contrasentido, pues la ley concursal (de septiembre de 2004) tiene como espíritu guía la búsqueda de viabilidad de las quebradas. Los salarios de los administradores concursarles que pueden llegar a los 9 millones de euros en los procesos más gordos- son otra de las cuestiones en la picota.
Toni Ferrer, secretario de acción sindical de UGT, critica la visión exclusivamente mercantilista de la ley, que ha dejado fuera a los tribunales e instancias laborales, con el evidente riesgo para los trabajadores. Estás en manos de un juez al que no ves, que no tiene a pesar del esfuerzo que están haciendo- formación en asuntos laborales y que en la mayoría de los procesos no acepta a los sindicatos como parte interesada, dice. Concursos, añade, que se retrasan sin remedio y dejan a las plantillas meses y meses sin poder cobrar desempleos, indemnizaciones y salarios, o sin tan siquiera poder instar la resolución de sus contratos cuando no hay actividad empresarial.
Maniobras oscuras
En el último año, 50.000 trabajadores han visto cómo su empresa (la mayoría pymes) iba a concurso. En muchas ocasiones, señala Ferrer, en una maniobra más que oscura para conseguir cierres cómodos y con eres mínimos. Es imprescindible que los sindicatos participen para defender unos derechos que, aunque parezca mentira, antes era más fácil defender, afirma. El sindicato ha trasladado ya su inquietud a algunos grupos parlamentarios, de los que espera un interés y un apoyo unánime, concluye.
Jueces y economistas también reclaman cambios para intentar desahogar los juzgados y tratar de salvar al mayor número de compañías concursadas. Hoy, sólo un 1 por ciento de las empresas que se declaran insolventes sobreviven al concurso. Todo un contrasentido, pues la ley concursal (de septiembre de 2004) tiene como espíritu guía la búsqueda de viabilidad de las quebradas. Los salarios de los administradores concursarles que pueden llegar a los 9 millones de euros en los procesos más gordos- son otra de las cuestiones en la picota.
Toni Ferrer, secretario de acción sindical de UGT, critica la visión exclusivamente mercantilista de la ley, que ha dejado fuera a los tribunales e instancias laborales, con el evidente riesgo para los trabajadores. Estás en manos de un juez al que no ves, que no tiene a pesar del esfuerzo que están haciendo- formación en asuntos laborales y que en la mayoría de los procesos no acepta a los sindicatos como parte interesada, dice. Concursos, añade, que se retrasan sin remedio y dejan a las plantillas meses y meses sin poder cobrar desempleos, indemnizaciones y salarios, o sin tan siquiera poder instar la resolución de sus contratos cuando no hay actividad empresarial.
Maniobras oscuras
En el último año, 50.000 trabajadores han visto cómo su empresa (la mayoría pymes) iba a concurso. En muchas ocasiones, señala Ferrer, en una maniobra más que oscura para conseguir cierres cómodos y con eres mínimos. Es imprescindible que los sindicatos participen para defender unos derechos que, aunque parezca mentira, antes era más fácil defender, afirma. El sindicato ha trasladado ya su inquietud a algunos grupos parlamentarios, de los que espera un interés y un apoyo unánime, concluye.