Un ángel músico del Renacimiento, pieza del mes en el Museo Diocesano de Sigüenza
01/10/2010 - 09:45
Una pequeña escultura renacentista de procedencia y autor anónimo es la nueva pieza del mes del Museo Diocesano de Sigüenza. Se trata de un pequeño pero hermoso ángel músico que había perdido sus alas en el almacén del Museo entre pequeños restos de objetos artísticos que fueron sometidos a un riguroso análisis para determinar si pertenecían a alguna de las piezas que forman la colección del mismo.
Fue una agradable sorpresa encontrarlas y ponerlas en relación con una pequeña imagen que no se dejaba clasificar en la iconografía propia de los santos. Ahora le han sido devueltas gracias al desinteresado trabajo de Tríptico Restaura.
Agradable es la contemplación de este ángel de pequeño tamaño, bellamente tallado y policromado, creado para decorar la parte alta de un retablo renacentista. Se agradece el esmero con que el artista realizó lo que estaba destinado a ser un adorno más del retablo: un rostro joven con cabellos rizados, con una túnica ricamente adornada para vestir su cuerpo bien proporcionado. El ángel tañe una lira, pues fue creado para la alabanza divina, deja ver la pierna derecha entre la túnica, como si fuera a dar un paso, y extiende sus grandes y espléndidas alas, como si estuviera preparado para ir rápidamente a cumplir con el servicio que se le encomiende.
Esta iconografía se corresponde con la que Francisco Pacheco establecerá más adelante en su obra Arte de la Pintura. Su antigüedad y grandezas (Madrid, 1866, t. II, pp. 182-185. 1.ª ed. Sevilla, 1649) para la representación de los ángeles: varones jóvenes sin barba, con rostros hermosos, ojos resplandecientes y lustrosos cabellos castaños o rubios, con bellas alas, imitando los colores de la naturaleza y vestiduras variadas según la misión que van a realizar.
La talla permanecerá expuesta al público durante el resto de este mes y hasta finales de noviembre.
Junto a la habitual actividad de la pieza del mes, el Museo Diocesano de Arte Antiguo de Sigüenza se ha hecho cargo de la gestión de las visitas a la Necrópolis Medieval de la Catedral, que contiene una muy interesante serie de sepulturas talladas en piedra y de estelas funerarias, así como la posibilidad de contemplar la antigua atarjea que recogía las aguas para impedir su filtración al interior de la Catedral.
Las visitas se pueden hacer las mañanas de los martes, jueves y sábados a las 12.00 y a las 13.00 horas, y las tardes de los martes y jueves a las 17.00 y a las 18.00 horas por sólo un euro como entrada.
Agradable es la contemplación de este ángel de pequeño tamaño, bellamente tallado y policromado, creado para decorar la parte alta de un retablo renacentista. Se agradece el esmero con que el artista realizó lo que estaba destinado a ser un adorno más del retablo: un rostro joven con cabellos rizados, con una túnica ricamente adornada para vestir su cuerpo bien proporcionado. El ángel tañe una lira, pues fue creado para la alabanza divina, deja ver la pierna derecha entre la túnica, como si fuera a dar un paso, y extiende sus grandes y espléndidas alas, como si estuviera preparado para ir rápidamente a cumplir con el servicio que se le encomiende.
Esta iconografía se corresponde con la que Francisco Pacheco establecerá más adelante en su obra Arte de la Pintura. Su antigüedad y grandezas (Madrid, 1866, t. II, pp. 182-185. 1.ª ed. Sevilla, 1649) para la representación de los ángeles: varones jóvenes sin barba, con rostros hermosos, ojos resplandecientes y lustrosos cabellos castaños o rubios, con bellas alas, imitando los colores de la naturaleza y vestiduras variadas según la misión que van a realizar.
La talla permanecerá expuesta al público durante el resto de este mes y hasta finales de noviembre.
Junto a la habitual actividad de la pieza del mes, el Museo Diocesano de Arte Antiguo de Sigüenza se ha hecho cargo de la gestión de las visitas a la Necrópolis Medieval de la Catedral, que contiene una muy interesante serie de sepulturas talladas en piedra y de estelas funerarias, así como la posibilidad de contemplar la antigua atarjea que recogía las aguas para impedir su filtración al interior de la Catedral.
Las visitas se pueden hacer las mañanas de los martes, jueves y sábados a las 12.00 y a las 13.00 horas, y las tardes de los martes y jueves a las 17.00 y a las 18.00 horas por sólo un euro como entrada.