Un año más, la cera no se consumió en la mano de los fieles de la Virgen de la Peña

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: VIRGINIA BODEGA
La procesión, declarada de Interés Turístico Provincial, atrajo a cientos de visitantes a Brihuega
La agradable temperatura y el bonito sol de agosto ayudaron a que Brihuega se llenara a rebosar en la tarde de ayer de hijos del pueblo y vecinos de otros municipios de la comarca que acudieron a disfrutar de la procesión de la Recogida de la Cera, una fiesta declarada de Interés Turístico Provincial que marca el inicio de las fiestas patronales de Brihuega cada 14 de agosto. Los gigantes y cabezudos y la Banda de Música municipal volvieron a otorgar a la celebración religiosa el carácter pagano que hizo las delicias, sobre todo, de los más pequeños, que disfrutaron bailando y correteando alrededor de la comparsa. Brihuega vivirá su día grande hoy, festividad de la patrona, la Virgen de la Peña.
Bajo un bonito sol de agosto pero disfrutando de una temperatura muy agradable, menos fresca que por la mañana, cientos de briocenses y vecinos de numerosos pueblos de la comarca acompañaron a la Virgen de la Peña por las calles del municipio en la tradicional Procesión de la Recogida de la Cera, una fiesta declarada de Interés Turístico Provincial que es “como el pregón de las fiestas de Brihuega”, el arranque oficial, como explica el teniente alcalde y cofrade de la Virgen de la Peña, Abelardo Mazo. Con menos calor de lo que el clima les tenía acostumbrados en las anteriores ediciones, los brihuegos caminaron varios kilómetros, la distancia que separa la iglesia de Brihuega de la peña en que tuvo lugar –según cuentan– la aparición de la virgen, rememorando así la tradición y los orígenes de esta peculiar procesión, que se remontan a la Edad Media.
Tal y como se explica en la propia página web municipal, la historia que dio lugar a la procesión de la Recogida de la Cera se produjo después de que la virgen se le apareciera a la infanta Elima, hija del rey Al-Mamún. Fue entonces cuando los vecinos de Brihuega dispusieron llevar la imagen en procesión hasta la ermita de Santa Ana, a unos cuatro kilómetros del municipio. Antes, los fieles compraron a un comerciante judío, a un velero, unos hachones de cera y acordaron pagarle únicamente la cera que se consumiese durante el trayecto, por lo que antes de partir pesaron dichos hachones. Unas cuantas horas después y ya terminada la procesión, volvieron a la tienda del velero judío y, al pesar los hachones, comprobaron que a pesar de haber estado encendidos durante horas no se había consumido ni un gramo de cera. En base a esta historia, desde entonces Brihuega rememora con gran devoción este momento saliendo, aunque también con gran alegría en una celebración que mezcla fiesta religiosa y pagana.

Aroma a espliego
Con el típico aroma a espliego que caracteriza a la jornada –es tradición que cada miembro de la Cofradía de la Virgen de la Peña porte en su mano, junto con el cetro de su cargo, un ramo de espliego y una vela apagada en la otra mano–, arrancó la procesión más esperada por los brihuegos, la que da inicio a sus ansiadas fiestas de agosto y que llegarán hoy, 15 de agosto, a su jornada más importante, pues es el día de la patrona, la Virgen de la Peña.
El estandarte de la Cofradía, que reúne a más de 3.000 cofrades, encabezó una procesión que recorrió, en total, unos siete kilómetros. Los jóvenes del municipio que este año se han confirmado fueron los encargados de portarlo. En total, se trataba de un grupo de unos 17 adolescentes, que fueron turnándose en el trabajo de guiar a los fieles briocenses por las principales calles de la villa, en una celebración religiosa que tiene un fuerte componente pagano, pues inmediatamente detrás de los jóvenes desfilaron, como también es tradición, los gigantes y cabezudos, una comparsa formada por cerca de una veintena de personajes, entre los que se encontraban los protagonistas de la procesión de la Cera, el rey Al-Mamum y su hija, la infanta Elima. Tras ellos lo pasaron en grande los vecinos más jóvenes de Brihuega, los niños, “muy numerosos este año”, como aseguraba Mazo.
En último lugar se situaron los miembros de la junta directiva de la Cofradía de la Virgen de la Peña, un grupo de nueve componentes al que este año no acompañó ninguna autoridad política municipal, provincial ni regional, dado que “el protagonismo debe ser de la Cofradía”, reconoció el teniente alcalde. De este modo cerraban una comitiva que durante algo más de una hora y media paseó por las pintorescas calles de Brihuega, invadidas ya por la alegría y el júbilo de encontrarse en plenas fiestas patronales.

Más actos religiosos
Finalizada la procesión, los actos religiosos no quedaron ahí en la jornada de ayer, pues posteriormente se rezó la tradicional novena, cerca de las ocho de la tarde. Ya caída la noche, pasadas las 23.00 horas, tuvo lugar el canto de la Letanía Lauretana y la Salve, otro de los actos más característicos de la jornada del 14 de agosto que también siguió numeroso público, en este caso con la presencia de las autoridades. Tras los rezos, la Banda de Música guió a los briocenses, entre ellos a las peñas del municipio, que llenaron las calles de color, hasta el parque de María Cristina. Durante el recorrido, los peñistas fueron literalmente bañados desde los balcones de las casas, desde los cuales los vecinos tiraban cubos de agua en señal de alegría y festividad.
La procesión de la Recogida de la Cera es uno de los actos más importantes –sino el más– de las fiestas de Brihuega, aunque el verdadero día grande del municipio se celebra hoy, festividad de la Virgen de la Peña. En su honor se desarrollarán distintos actos religiosos que comenzarán a las 9.00 horas, con una santa misa, y seguirán a las 12.00, cuando tenga lugar la solemne celebración de la Eucaristía. Ya por la tarde-noche se celebrará la procesión de la patrona.