Un aviso de bomba obligó ayer a desalojar los juzgados

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: BEATRIZ PARIENTE
Un tremendo susto en el cuerpo fue el que se llevaron ayer a casa los 140 empleados de los juzgados de Guadalajara y los ciudadanos que se encontraban en sus dependencias a eso de las diez de la mañana. A esa hora, una funcionaria del juzgado número tres recibía una llamada en la que se aseguraba que en el edificio había colocada una bomba y que debía ser desalojado. La funcionaria comunicaba la amenaza y se iniciaba, después, el proceso de evacuación del edificio
Un tremendo susto en el cuerpo fue el que se llevaron ayer a casa los 140 empleados de los juzgados de Guadalajara y los ciudadanos que se encontraban en sus dependencias a eso de las diez de la mañana. A esa hora, una funcionaria del juzgado número tres recibía una llamada en la que se aseguraba que en el edificio había colocada una bomba y que debía ser desalojado. La funcionaria comunicaba la amenaza y se iniciaba, después, el proceso de evacuación del edificio.

A las puertas de los juzgados, Carlos Loscertales, presidente de la junta de personal de la Administración de Justicia de Guadalajara, explicaba que “el proceso de desalojo fue rápido. La gente bajó deprisa, algo nerviosos, pero sin problemas”. Por su parte, José Eduardo Martínez, juez decano de Guadalajara, aseguraba que se iniciarán las investigaciones pertinentes para averiguar de dónde procedió la llamada –hay que recordar que dar un aviso falso de bomba es un delito–. La funcionaria que recogió la llamada declinó hacer declaraciones sobre cómo se había producido el aviso. Mientras, la Policía Nacional se encargaba de cerciorarse de que nadie permanecía en el interior del edificio y de acordonar la zona.
La Plaza de Beladíez se llenaba entonces de funcionarios de Justicia y, también, de ciudadanos que se toparon con la noticia de que se había producido un aviso de bomba. La pregunta más recurrente entre unos y otros se refería a la autoría de la amenaza de bomba. Algunas miradas apuntaban a los propios trabajadores de Justicia, quienes celebran una semana más de movilizaciones para conseguir la homologación salarial con sus compañeros de otras comunidades. A este respecto, Loscertales aseguraba dudar “de que esto tenga que ver con la situación de nuestro conflicto”.
Aprovechando la presencia policial desplegada para la visita del presidente del Gobierno, la Policía Nacional pudo utilizar a dos de sus guías caninos para localizar los supuestos explosivos. Después de revisar todo el edificio, los agentes y los perros confirmaron que la amenaza de bomba era falsa. Hora y media después de la llamada, alrededor de las 11.30 horas, la Policía rompió el cordón de seguridad y permitió el paso a los trabajadores de Justicia, quienes se incorporaron a sus puestos aún con el susto en el cuerpo.
La actividad de los juzgados quedó paralizada como consecuencia del desalojo, si bien es cierto que la huelga de funcionarios ya había suspendido los 27 juicios previstos para el día, uno de ellos en la Audiencia Provincial, con la presencia de hasta 15 testigos.