Un hombre se fuga tras matar a una mujer y dejar graves a otra y a un niño de cuatro años
01/10/2010 - 09:45
Por: VIRGINIA BODEGA
El presunto agresor es de nacionalidad china y vivía con las víctimas, otro hombre y un bebé
Una mujer de 32 años y nacionalidad china falleció ayer después de que un hombre, de la misma edad y nacionalidad, le asestara varias puñaladas hasta matarla. Antes de darse a la fuga, el presunto homicida también hirió a otra mujer de 28 años, que se encuentra en estado grave, y a un niño de cuatro años, que presenta similar diagnóstico. Los hechos sucedieron en la noche del pasado martes, en el noveno piso del bloque de viviendas situado en el número 18B de la calle Doctor Layna Serrano, en la capital. El presunto homicida y las víctimas residían en el piso junto a al menos otro hombre y un bebé, también chinos. Todos trabajaban en un conocido restaurante chino de la ciudad.
Un hombre de nacionalidad china se dio a la fuga después de matar con un arma blanca a una mujer, también de nacionalidad china, y herir de gravedad a otra mujer y a un niño igualmente orientales. Los hechos se produjeron en la noche del pasado martes, hacia las 23.15 horas, en el piso noveno del número 18B de la calle Doctor Layna Serrano en la capital, sin que los efectivos sanitarios desplazados hasta el lugar pudieran hacer nada por la vida de la joven, de 32 años, que ya había fallecido cuando llegó la primera patrulla de la Policía Nacional, tras recibir las llamadas de varios vecinos que escucharon una fuerte discusión en el interior de la vivienda. Los otros dos heridos, una mujer de 28 años y un niño de cuatro, también de nacionalidad china, fueron inmediatamente trasladados al Hospital Universitario de Guadalajara. La joven fue intervenida quirúrgicamente y sigue internada en la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI), mientras que el pequeño, tras ser estabilizado inicialmente en el centro hospitalario alcarreño, fue trasladado al Hospital Infantil Niño Jesús de Madrid, donde aún permanece grave, según fuentes del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam).
Todos, presunto agresor y víctimas, vivían juntos en el piso de Doctor Layna Serrano, junto a, al menos, otro hombre y un bebé, que resultaron ilesos en la disputa, aunque también se encontraban presentes en el lugar de los hechos. Los dos hombres y las dos mujeres también trabajaban juntos en un conocido restaurante chino de la capital, concretamente, varias voces apuntan a que se trata del Mandalay, situado en la calle Cuesta del Matadero.
La Policía Nacional busca ahora al presunto homicida, de 32 años y con iniciales G.T., según informó la Subdelegación del Gobierno ayer. Pero además, las investigaciones realizadas hasta el momento han motivado la detención de otro hombre, en este caso por encubrimiento, ya que habría facilitado dinero al presunto autor de los hechos para facilitar su huída. Aunque todavía no se ha confirmado, la Policía Nacional baraja motivos económicos como posible móvil del crimen, sin que haya indicios de que mediara una relación sentimental entre el supuesto asesino y la mujer fallecida.
Un vecindario acongojado
Fue la llamada de los vecinos del piso de al lado, en primer lugar, la que alertó a la Policía de lo que estaba ocurriendo tras su pared. Escuchamos gritos de auxilio y socorro y salimos a ver qué pasaba. Una vez que miraron tras la puerta, pudieron ver a uno de los dos hombres chinos gritando y lamentándose con frases desordenadas y de nerviosismo, respondiendo, en una mezcla de chino y castellano, mi mujer, mi mujer, mi mujer a las preguntas lanzadas por los vecinos, pidiéndoles que llamaran a la Policía.
En ese momento, al parecer y según la versión de los propios vecinos, el presunto asesino ya se había dado a la fuga y la mujer ya yacía sobre el suelo de la vivienda, sin vida. Así lo asegura Beatriz, otra de las vecinas que salió de su piso al escuchar las voces primero y la llegada de la Policía y los servicios sanitarios después. A ella, al igual que a otros muchos vecinos, la interrogaron junto al piso lugar de los hechos y pudo ver con sus propios ojos cómo un cuerpo yacía ya sobre el suelo de la vivienda, justo en la puerta de ésta. Al principio pensamos que tenían fiesta, aunque nunca han dado guerra los chavales, pero después escuchamos gritos y distintas voces que se entrecruzaban entre chino y español, recuerda Beatriz, pero no supieron interpretar en un primer momento lo que estaba ocurriendo, dado el especial y reservado carácter de los orientales, como explica Beatriz. Oímos golpes y frases como ha sido él, mátalo, fueron momentos de muchos nervios, asegura. A los pocos minutos llegó la Policía y toda la noche, hasta por lo menos las cuatro de la mañana, esto ha sido un no parar; sanitarios, policías, forenses, juezas....
Una noche para no recordar
Desde que llegaron los efectivos policiales y los servicios sanitarios al lugar los vecinos comentan que al menos cuatro ambulancias se apostaron junto al bloque, además de varios coches patrulla tanto de la Policía Nacional como de la Local, la mayoría de los vecinos, no sólo del propio bloque, sino también de los bloques de viviendas de enfrente y de los laterales, salieron a sus ventanas para comprobar qué ocurría. Un vecino de enfrente asegura que vio cómo sacaron a los dos pequeños y que, sobre todo, le conmocionó el mayor de ellos, el de cuatro años, que salió en una camilla cubierto por gasas en gran parte de su cuerpo. Aunque en un principio pensó que se había tratado de un incendio doméstico, luego vio cómo se llevaban a un hombre, que casi no se tenía en pie, entre varios agentes de la Policía Nacional.
También durante la noche la Policía Nacional comenzó a realizar las primeras investigaciones, en primer lugar, en la propia vivienda donde vivía el grupo de ciudadanos chinos. Beatriz, vecina del bloque, también recuerda algunos datos, escuchados en medio de la vorágine de ires y venires de agentes, sanitarios, forenses y policía judicial. Explica que los agentes hablaban del coche de la fuga y que, pasado poco tiempo desde el desarrollo de los hechos, ya barajaban un retrato robot del presunto asesino. Hablaban de un hombre bajito, de 1,65, con el pelo pincho y con una camisa a rayas, detalla la vecina.
Eran muy majos y educados
El vecindario está acongojado y aterrorizado tras lo ocurrido y, por otra parte, muy sorprendido, pues la mayoría coincide al señalar que se trataba de gente muy amable y educada, incluso que eran encantadores, muy majos y que no esperaban este desenlace. Al parecer, el grupo de residentes chinos vivía en el bloque desde hace cuatro años y nunca había causado ni un sólo problema. Muy al contrario, todos ellos solían saludar siempre a quien se encontraban a su paso y siempre tenían buenas palabras para sus vecinos. De cara al vecindario, eran más majos que todas las cosas, comenta Beatriz. Otro vecino, especialmente sensibilizado al conocer que el niño de cuatro años se encuentra en estado muy grave, decía es terrorífico. Recuerda que el pequeño siempre había sido muy simpático y que solía gastarle bromas con su pelo de punta.
Una vecina del tercero recuerda impresionada cómo poco después de escuchar unos gritos, hacia las 10.30 horas, empezaron a llegar ambulancias y Policía. Al principio pensamos que había sido algún hombre o mujer mayor al que le había llegado el turno, pero luego vimos que empezaron a llegar más ambulancias y mucha Policía, mucha secreta, había de todo; después bajó corriendo un señor con un bebé en brazos y a otro que se lo llevaron que iba que se caía, lo llevaban entre dos, iba llorando y estaba como ido, no sé si es que sería uno de los otros del piso, comentaba esta señora, asegurando que se trataba de gente muy educada y de muy buenas formas.
Por su parte, el portero del bloque se esmeraba ayer en limpiar la sangre que manchaba los pasillos del piso noveno y de gran parte de la entrada y el portal, en un intento por devolver la tranquilidad al vecindario. Lejos de conseguirlo, durante toda la mañana se formaron corrillos y grupos de personas a la entrada del bloque de viviendas y los vecinos se preguntaban, conjeturando, qué podría haber llevado al presunto homicida a cometer un crimen tal.
Todos, presunto agresor y víctimas, vivían juntos en el piso de Doctor Layna Serrano, junto a, al menos, otro hombre y un bebé, que resultaron ilesos en la disputa, aunque también se encontraban presentes en el lugar de los hechos. Los dos hombres y las dos mujeres también trabajaban juntos en un conocido restaurante chino de la capital, concretamente, varias voces apuntan a que se trata del Mandalay, situado en la calle Cuesta del Matadero.
La Policía Nacional busca ahora al presunto homicida, de 32 años y con iniciales G.T., según informó la Subdelegación del Gobierno ayer. Pero además, las investigaciones realizadas hasta el momento han motivado la detención de otro hombre, en este caso por encubrimiento, ya que habría facilitado dinero al presunto autor de los hechos para facilitar su huída. Aunque todavía no se ha confirmado, la Policía Nacional baraja motivos económicos como posible móvil del crimen, sin que haya indicios de que mediara una relación sentimental entre el supuesto asesino y la mujer fallecida.
Un vecindario acongojado
Fue la llamada de los vecinos del piso de al lado, en primer lugar, la que alertó a la Policía de lo que estaba ocurriendo tras su pared. Escuchamos gritos de auxilio y socorro y salimos a ver qué pasaba. Una vez que miraron tras la puerta, pudieron ver a uno de los dos hombres chinos gritando y lamentándose con frases desordenadas y de nerviosismo, respondiendo, en una mezcla de chino y castellano, mi mujer, mi mujer, mi mujer a las preguntas lanzadas por los vecinos, pidiéndoles que llamaran a la Policía.
En ese momento, al parecer y según la versión de los propios vecinos, el presunto asesino ya se había dado a la fuga y la mujer ya yacía sobre el suelo de la vivienda, sin vida. Así lo asegura Beatriz, otra de las vecinas que salió de su piso al escuchar las voces primero y la llegada de la Policía y los servicios sanitarios después. A ella, al igual que a otros muchos vecinos, la interrogaron junto al piso lugar de los hechos y pudo ver con sus propios ojos cómo un cuerpo yacía ya sobre el suelo de la vivienda, justo en la puerta de ésta. Al principio pensamos que tenían fiesta, aunque nunca han dado guerra los chavales, pero después escuchamos gritos y distintas voces que se entrecruzaban entre chino y español, recuerda Beatriz, pero no supieron interpretar en un primer momento lo que estaba ocurriendo, dado el especial y reservado carácter de los orientales, como explica Beatriz. Oímos golpes y frases como ha sido él, mátalo, fueron momentos de muchos nervios, asegura. A los pocos minutos llegó la Policía y toda la noche, hasta por lo menos las cuatro de la mañana, esto ha sido un no parar; sanitarios, policías, forenses, juezas....
Una noche para no recordar
Desde que llegaron los efectivos policiales y los servicios sanitarios al lugar los vecinos comentan que al menos cuatro ambulancias se apostaron junto al bloque, además de varios coches patrulla tanto de la Policía Nacional como de la Local, la mayoría de los vecinos, no sólo del propio bloque, sino también de los bloques de viviendas de enfrente y de los laterales, salieron a sus ventanas para comprobar qué ocurría. Un vecino de enfrente asegura que vio cómo sacaron a los dos pequeños y que, sobre todo, le conmocionó el mayor de ellos, el de cuatro años, que salió en una camilla cubierto por gasas en gran parte de su cuerpo. Aunque en un principio pensó que se había tratado de un incendio doméstico, luego vio cómo se llevaban a un hombre, que casi no se tenía en pie, entre varios agentes de la Policía Nacional.
También durante la noche la Policía Nacional comenzó a realizar las primeras investigaciones, en primer lugar, en la propia vivienda donde vivía el grupo de ciudadanos chinos. Beatriz, vecina del bloque, también recuerda algunos datos, escuchados en medio de la vorágine de ires y venires de agentes, sanitarios, forenses y policía judicial. Explica que los agentes hablaban del coche de la fuga y que, pasado poco tiempo desde el desarrollo de los hechos, ya barajaban un retrato robot del presunto asesino. Hablaban de un hombre bajito, de 1,65, con el pelo pincho y con una camisa a rayas, detalla la vecina.
Eran muy majos y educados
El vecindario está acongojado y aterrorizado tras lo ocurrido y, por otra parte, muy sorprendido, pues la mayoría coincide al señalar que se trataba de gente muy amable y educada, incluso que eran encantadores, muy majos y que no esperaban este desenlace. Al parecer, el grupo de residentes chinos vivía en el bloque desde hace cuatro años y nunca había causado ni un sólo problema. Muy al contrario, todos ellos solían saludar siempre a quien se encontraban a su paso y siempre tenían buenas palabras para sus vecinos. De cara al vecindario, eran más majos que todas las cosas, comenta Beatriz. Otro vecino, especialmente sensibilizado al conocer que el niño de cuatro años se encuentra en estado muy grave, decía es terrorífico. Recuerda que el pequeño siempre había sido muy simpático y que solía gastarle bromas con su pelo de punta.
Una vecina del tercero recuerda impresionada cómo poco después de escuchar unos gritos, hacia las 10.30 horas, empezaron a llegar ambulancias y Policía. Al principio pensamos que había sido algún hombre o mujer mayor al que le había llegado el turno, pero luego vimos que empezaron a llegar más ambulancias y mucha Policía, mucha secreta, había de todo; después bajó corriendo un señor con un bebé en brazos y a otro que se lo llevaron que iba que se caía, lo llevaban entre dos, iba llorando y estaba como ido, no sé si es que sería uno de los otros del piso, comentaba esta señora, asegurando que se trataba de gente muy educada y de muy buenas formas.
Por su parte, el portero del bloque se esmeraba ayer en limpiar la sangre que manchaba los pasillos del piso noveno y de gran parte de la entrada y el portal, en un intento por devolver la tranquilidad al vecindario. Lejos de conseguirlo, durante toda la mañana se formaron corrillos y grupos de personas a la entrada del bloque de viviendas y los vecinos se preguntaban, conjeturando, qué podría haber llevado al presunto homicida a cometer un crimen tal.