Un millar de fieles aclaman a Jesús sobre 'la borriquilla' en el inicio de la Semana Santa

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

La procesión fue desde San Ginés a la iglesia de El Fuerte.
Por: VIRGINIA BODEGA
Más de mil fieles guadalajareños acompañaron a la imagen de Jesús Nazareno sobre la ‘borriquilla’ en la procesión del Domingo de Ramos, rememorando la llegada de Cristo a Jerusalén, donde le aclamó el pueblo sencillo. Con ramos de olivo y palmas en la mano, símbolo de fe y esperanza, cofrades, ciudadanos, autoridades y religiosos dieron por iniciada la Semana Santa en la capital.
En el Domingo de Ramos los fieles rememoran la llegada de Jesús Nazareno a Jerusalén. De igual manera, los guadalajareños no faltaron a su cita, ayer por la mañana, en la explanada de San Ginés y allí estuvieron un año más para acompañar, aclamar y ensalzar su fe y esperanza en Jesucristo, dando así por iniciada la Semana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Centenares de ramos de olivo y palmas, tantos como fieles se concentraron a las puertas de San Ginés para recoger el suyo desde primeras horas de la mañana, fueron bendecidos poco después por el obispo de la Diócesis, José Sánchez, encargado de celebrar y presidir la procesión y la posterior misa solemne del Domingo de Ramos. Ciudadanos, autoridades, religiosos, cofrades, sacerdotes y la Banda provincial de Música esperaban el inicio de la procesión, alrededor de la imagen de la borriquilla, que se preparaba para pasear a Jesús a lo largo de una inmensa marea humana desplegada desde los alrededores de Santo Domingo hasta la plaza de Bejanque.
Así, tal y como estaba previsto y bajo un sol agradable que bañó de luz la jornada de alegría para los religiosos, pues se conmemora la aclamada entrada de Jesús en Jerusalén, comenzó la procesión puntualmente, pues pasaban pocos minutos de las 11.30 horas cuando la prolongada comitiva se abrió paso entre la multitud para comenzar con su caminar, no sin que antes el obispo pronunciara unas palabras, explicando el significado del acto. “Lo importante”, dijo, “es que nosotros nos hacemos eco y nos identificamos con aquel pueblo sencillo y aclamamos a Jesús”. Y continuó: “Él es el rey de nuestro pueblo y de nuestros corazones, y ése es el sentimiento que debe de acompañar a esta procesión y al desarrollo de toda esta semana”, concluyó.
La imagen de la cruz y varios monaguillos abrían la comitiva; tras ellos se situaron, una por una, las cofradías de la capital en orden de antigüedad, haciendo la primera de la salida que les espera durante esta maratoniana semana de culto y procesiones. La primera de ellas, con sus cofrades ataviados de blanco y rojo –sólo una representación–, fue la Hermandad del Santísimo Cristo del Amor y de la Paz. En segundo lugar caminaron algunos de los componentes de la Cofradía del Cristo Yacente del Santo Sepulcro, de rojo y negro, seguidos de la Cofradía de la Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno, entre los que desfilaron tanto hombres como mujeres, todos vestidos de color blanco y morado. La Cofradía de la Pasión del Señor procesionó después y entre sus componentes destacaron los niños, pues un nutrido grupo de ellos quisieron acompañar a Jesús y a su borriquilla. La representación femenina más destacada, por su parte, la tuvieron la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores y la Hermandad Virgen de la Soledad, que desfilaron justo delante de la imagen de Jesús. El obispo, varios sacerdotes y muchos monaguillos, seguidos de una amplia representación política de la ciudad, la provincia y la región cerraron la comitiva se situaron detrás y, cerrando la comitiva oficial, tras la que se colocaron los ciudadanos que quisieron acompañar a la procesión, se instaló la Banda provincial de Música, con su directora, Nuria Matamala Pichoto, a la cabeza, para dirigir las melodías que se escucharon hasta la llegada a la Iglesia de El Fuerte, donde concluyó la marcha religiosa.
No quisieron perderse una de las jornadas religiosas más importantes del año el alcalde de la capital, Antonio Román, ni la mayoría de su equipo de Gobierno –Jaime Carnicero, Encarnación Jiménez, Eladio Freijo, Alfonso Esteban o Mariano del Castillo–; tampoco la presidenta de la Diputación provincial, María Antonia Pérez León, ni dos de las consejeras guadalajareñas de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Magdalena Valerio y Soledad Herrero; como tampoco faltó entre las autoridades políticas presentes la subdelegada del Gobierno en Guadalajara, Araceli Muñoz.

Solemne misa
Una vez en el interior de la Iglesia de El Fuerte y no sin antes superar algunas dificultades para subir la imagen de Jesús y la borriquilla hasta el templo –hubo que hacer incluso maniobras en la cuesta de acceso, que los costaleros supieron sortear con éxito–, el protocolo, el orden y la disposición, antes de comenzar la misa, presidida por Sánchez, fueron aspectos muy destacables, haciendo de la ceremonia un acto más solemne si cabe, en una iglesia que lució totalmente repleta.

“Un día de contradicciones”
Tras la lectura, a tres bandas –el obispo junto a dos sacerdotes–, de la lectura de la Pasión y Muerte de Cristo, que los presentes escucharon con silenciosa atención, Sánchez dio por inaugurada la Semana Santa, dando la bienvenida a todos los asistentes –entre los que destacó a los cada vez más numerosos fieles hispanoamericanos– y explicando la doble vertiente de “un día de contradicciones” como es el Domingo de Ramos. Hoy se pasa de la “alegría a la tristeza”, dijo, “de la vida a la muerte”, poniendo de manifiesto esa misma doble cara de la vida. Sin embargo y aunque esperan días de culto y recogimiento, el mensaje de esperanza estuvo latente y presente en el discurso de Sánchez a los fieles.

Una Semana Santa maratoniana


a celebración del Domingo de Ramos fue el arranque de la Semana Santa –una Fiesta de Interés Turístico Regional–, unos días tan esperados como maratonianos para cofrades, hermanos, religiosos y fieles, pues las procesiones, las misas, los momentos de oración y culto se van solapando en estos días de recogimiento en los que se rememora la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Cristo. Tras la procesión del Domingo de Ramos, ya mañana, Martes Santo, 7 de abril, se celebrará el Vía Crucis de la Juventud. Comenzará en la parroquia de Santa María Micaela a las 22.00 horas y concluirá en la iglesia de San Ginés. Ya el Miércoles Santo, 8 de abril, la Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima Esperanza Macarena saldrá en procesión a las 21.30 horas desde la iglesia de Santiago Apóstol, para realizar un largo itinerario que volverá al mismo punto tras atravesar algunas de las calles más céntricas de la capital. El Jueves Santo la cita es con la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que saldrá en procesión, a las 19.45 horas, desde la parroquia de San Nicolás El Real. El mismo día, ya por la noche, a las 23.00 horas, la Cofradía de la Pasión del Señor saldrá de la parroquia de Santiago Apóstol. En la mañana del Viernes Santo es el turno de la Hermandad del Cristo del Amor y la Paz, que sale a las 11.45 horas de San Ginés. Por la noche, a partir 20.00 horas, varias cofradías participan en la prolongada y solemne Procesión del Silencio. Tras la jornada de reflexión y culto del sábado, el Domingo de Resurrección vuelve la alegría y la esperanza a las cofradías con la procesión de encuentro y resurrección en la Concatedral de Santa María que comienza a las 10.15 horas.