Un proyecto de investigación revalúa 20 necrópolis descubiertas por el Indiana Jones español

27/08/2018 - 14:05 Redacción

Las necrópolis celtibéricas entendidas como yacimientos arqueológicos fueron descubiertas hace ya un siglo. Durante los últimos años, se ha avanzado significativamente en su conocimiento gracias, en gran medida, a la importante revitalización que se ha hecho de la investigación sobre la Hispania Céltica. Sin embargo, todavía son muchos los aspectos que se desconocen sobre ellas y que, por lo tanto, aún deben ser estudiados.  

En la provincia, casi una veintena de estas necrópolis fueron descubiertas entre los años 1909 y 1920 por el Indiana Jones patrio, el marqués de Cerralbo. Aunque entonces no se reseñaron un gran número de datos que hoy se consideran valiosos, “nos permitieron conocer muchas de sus características importantes y acceder a cientos de piezas”, indica Mª Luisa Cerdeño, del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad Complutense de Madrid.  De hecho, todas estas piezas descubiertas por el marqués dieron forma a una famosa colección que actualmente se encuentra repartida entre el Museo que lleva su nombre, el Museo de Zaragoza y, principalmente, el  Museo Arqueológico Nacional.


Frente a las indudables ventajas que proporcionó su prematuro descubrimiento, aquellas antiguas excavaciones plantean muchos problemas, sobre todo metodológicos, ya que los supuestos teóricos y las técnicas de la época distaban mucho de las premisas que se aplican en la actualidad. Aquella ingente labor arqueológica quedó en su mayor parte inédita y la documentación que se ha conservado, muy fragmentada y en desorden, aunque a día de hoy sigue siendo utilizada, a menudo sin ningún sentido crítico.

Precisamente por eso, un equipo de investigadores ha decidido ponerse manos a la obra para  realizar un estudio en profundidad de aquellos estudios, ya que los avances recientes de la Arqueología brindan la oportunidad de abordar su reordenación y seriación. 

Los objetivos del Proyecto comprenden varias fases. En primer lugar se abordará un intenso trabajo de documentación, revisando los datos que se conservan en diferentes archivos, como el Museo Cerralbo, el Archivo General de la Administración, el MAN y Museo de Guadalajara. Es un trabajo que está aportando información de gran utilidad para completar los conocimientos que ya se tenían sobre estos yacimientos. Además, es un paso previo para su localización exacta en el campo, lo que permitirá trazar el verdadero “paisaje funerario de la Celtiberia”. 

Necrópolis olvidadas
El segundo paso será afrontar el trabajo de campo en aquellas 20 necrópolis que excavó Cerralbo en la provincia de Guadalajara. Pocas están bien identificadas y preservadas bajo ámbito de protección adecuado. Sin embargo, frente a eso, “de algunas no conocemos ni la ubicación probable”. Por esta razón, se ha puesto sobre la mesa una nueva estrategia de localización. “Una vez seleccionados los puntos más destacados, se procederá a realizar una prospección sistemática sobre el terreno para su verificación”.


Precisamente para poder llevar a cabo estos trabajos, el proyecto contempla la aplicación de nuevas metodologías y herramientas de estudio basadas en gran medida en los resultados precisos de diferentes analíticas. Por ello, se realizarán análisis metalográficos de una treintena de piezas para conocer su evolución técnica, lo que también servirá para avalar su evolución temporal y facilitar su seriación y también análisis de C14 sobre hueso humano o animal procedentes de necrópolis excavadas recientemente. Todo ello permitirá formar un conjunto estadístico solvente de dataciones fiables y extrapolarlas a los yacimientos antiguos.


Una de las zonas seleccionadas y con mejores perspectivas de localización y estudio detallado de antiguas necrópolis que estudió  Cerralbo se encuentra situada en los alrededores de Maranchón y Alcolea del Pinar, donde Cerralbo excavó varias necrópolis, como las de Clares, Turmiel, Garbajosa o Aguilar de Anguita.

Esto es lógico, pues si recordamos los límites del histórico territorio de Celtiberia incluía el sur de Aragón y la Meseta oriental y, por lo tanto, el norte de la provincia de Guadalajara o, lo que es lo mismo, las parameras de Molina y Sigüenza. Por eso, las investigaciones aquí desarrolladas desde hace años han convertido estas localizaciones en un referente indiscutible en los foros académicos especializados en el estudio de la Celtiberia. 

Paralelamente a la investigación arqueológica, se pretende incidir en el aspecto patrimonial de estos yacimientos, lo que implica conocer qué percepción tienen los habitantes del entorno de estos bienes culturales.

 

Un equipo pionero con experiencia en el mundo celtibérico

El proyecto se encuentra financiado por la Junta de Comunidades y está dirigido por la profesora Mª Luisa Cerdeño (Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad Complutense de Madrid) y por Marta Chordá (Centro de Estudios Celtibéricos de Segeda). También forman parte de él Magdalena Barril (Directora del Museo de Cuenca) y el profesor Jesús Picazo (Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad de Zaragoza).

Se trata de un equipo que ha sido pionero en prestar atención al Patrimonio Arqueológico, siendo un ejemplo conocido de ellos la restauración y conversión en Yacimiento Arqueológico Visitable del castro de El Ceremeño, incluido en las nuevas salas del Museo Arqueológico Nacional como representativo de la Hispania Céltica.