Un tiempo inestable rodeó las festividades del febrerillo corto
14/02/2011 - 12:09
Foto: LUCÍA GARCÍA
Este año, febrero es más corto y seguimos con las bajas temperaturas y con la inclemencia de un tiempo incierto. Un mes, el febrerillo, que tiene sus refranes y que los agricultores y ganaderos contemplando la luna y las estrellas le han ido colgando su San Benito.
Y para recibir con alegría este mes tan simpático se han seguido celebrando las tradicionales fiestas de la Candelaria, San Blas y Santa Águeda. Los rollos adornados y dulzones fueron bendecidos el día 2, y que una vez más se pudo compartir después de la eucaristía, con la asistencia de la feligresía. Siguió San Blas con su pan regado con los vinos de reserva y, por último, la fiesta de Santa Águeda, día que tomaron el mando las mujeres, aunque no dejan de ser, todos los días.
Son aquellos refranes meteorológicos que nuestros mayores fueron señalando de una manera especial nuestros días. Se cree que el tiempo que haga el día 2 de febrero nos indicará cuánto le queda a la estación fría. La variante más conocida del adagio es la que dice: Si la Candelaria llora, el invierno está fuera; cuando ni llora ni hace viento, el invierno está dentro; y cuando la Candelaria ríe, el invierno quiere venir. O sea, que si el cielo suelta lágrimas (si llueve), significa que podemos ir preparándole el finiquito; en cambio, si el tiempo es estable y el cielo está claro, que dará aún lejos nuestra añorada primavera.
El aire que corra esta fecha también nos dará pistas sobre el futuro: Si por la Candelaria el viento no apaga la luminaria, buen año espera. En este día, se conmemora la purificación de la Virgen María, justo al acabar la cuarentena del nacimiento de Jesús. Se le llama Candelaria porque se acostumbra a bendecir candelas. Se dice que es un buen presagio que el viento no las apague.
El día 3 también cuenta con una serie de refranes que nos vienen a decir casi lo mismo que la Candelaria: Si llueve por San Blas, el último día de frío será; San Blas nevado, invierno acabado o San Blas sereno, busca leña y haz brasero y cuando por San Blas helará, 30 días más el invierno se alargará. Y por último, que nos sirve de consuelo Para el día de San Blas hora y más. Que sea esta hora bendecida para que las heladas queden dormidas y despierten los almendros con sus colores y olores.
Y para recibir con alegría este mes tan simpático se han seguido celebrando las tradicionales fiestas de la Candelaria, San Blas y Santa Águeda. Los rollos adornados y dulzones fueron bendecidos el día 2, y que una vez más se pudo compartir después de la eucaristía, con la asistencia de la feligresía. Siguió San Blas con su pan regado con los vinos de reserva y, por último, la fiesta de Santa Águeda, día que tomaron el mando las mujeres, aunque no dejan de ser, todos los días.
Son aquellos refranes meteorológicos que nuestros mayores fueron señalando de una manera especial nuestros días. Se cree que el tiempo que haga el día 2 de febrero nos indicará cuánto le queda a la estación fría. La variante más conocida del adagio es la que dice: Si la Candelaria llora, el invierno está fuera; cuando ni llora ni hace viento, el invierno está dentro; y cuando la Candelaria ríe, el invierno quiere venir. O sea, que si el cielo suelta lágrimas (si llueve), significa que podemos ir preparándole el finiquito; en cambio, si el tiempo es estable y el cielo está claro, que dará aún lejos nuestra añorada primavera.
El aire que corra esta fecha también nos dará pistas sobre el futuro: Si por la Candelaria el viento no apaga la luminaria, buen año espera. En este día, se conmemora la purificación de la Virgen María, justo al acabar la cuarentena del nacimiento de Jesús. Se le llama Candelaria porque se acostumbra a bendecir candelas. Se dice que es un buen presagio que el viento no las apague.
El día 3 también cuenta con una serie de refranes que nos vienen a decir casi lo mismo que la Candelaria: Si llueve por San Blas, el último día de frío será; San Blas nevado, invierno acabado o San Blas sereno, busca leña y haz brasero y cuando por San Blas helará, 30 días más el invierno se alargará. Y por último, que nos sirve de consuelo Para el día de San Blas hora y más. Que sea esta hora bendecida para que las heladas queden dormidas y despierten los almendros con sus colores y olores.