Un total de 66 hortelanos compiten en la Feria del Tomate
La Plaza de San Lázaro acogió la segunda edición de esta cita estival en Uceda.
La II Feria Provincial del Tomate en Uceda finalizó con gran éxito de público. El pasado domingo, un total de 66 hortelanos tiñeron de rojo la Plaza de San Lázaro con sus tomate recién salidos de la huerta.
Además de la altísima participación, el acto contó con la amenización de la charanga La Alegría Alcarreña, y la presentación del acto corrió a cargo del alcalde de Uceda, Javier Alonso. Le acompañaron durante la jornada el delegado provincial de Agricultura del Gobierno regional, Santos López Tabernero, concejales de la corporación municipal, miembros de la organización de la feria y el jurado. El alcalde dio a todos ellos las gracias, así como a los participantes y asistentes, “que son quienes hacen posible la convocatoria”.
A pesar de que 2022 no ha sido un buen año para los tomates, 66 hortelanos acudieron a la cita con sus tomates desde varios puntos de Castilla-La Mancha y también de la vecina Comunidad de Madrid.
Tanto el Ayuntamiento como el grupo encargado de la organización se mostraron muy satisfechos con el resultado de esta segunda edición y manifestaron que en breve se pondrán a trabajar de cara a preparar y mejorar la tercera Feria Provincial del Tomate en este bonito pueblo de la Campiña.
Valoración del jurado
Durante el evento, se valoró la calidad, el gusto y la presentación de los tomates. El jurado quiso ser exhaustivo y tuvo en cuenta numerosos indicadores. Finalmente, los ganadores fueron los siquientes: primer clasificado para Pablo Martín de Puebla de Valles; segunda clasificada para Paulina Belinchón de Fontanar, y tercera clasificada, Sara Torralba de Matarrubia.
Para terminar, una poesía de José Cascajero, ¡Ayer me comí un tomate! , que regaló a la organización:
A la sombra de un peral/que tengo junto a un cirate,/sentadito en un “bancal”.../... ¡Ayer me comí un tomate!
Saqué mi vieja navaja/ “saqué” el filo en un ladrillo,/ al cortar una “rodaja”/ me entró como un hormiguillo.
¡No te rías buen amigo!/ déjalo para otro instante,/esto que ahora te digo/es, para mí, muy importante.
Yo la semilla enterré,/ y a la planta crecer vi,/con esmero la cuidé/ y sus tallos dirigí;/Al fruto lo vi engordar/ después de “cerrar” la flor/ y al mismo tiempo cambiar/ de figura y de color.
¡No era un tomate cualquiera,/ éste que ayer me comí,/tenía clase y solera!/ ¡Sobre todo para mí!