Una exposición itinerante muestra la importancia de reciclar luz
01/10/2010 - 09:45
La exposición itinerante Reciclas la luz, reciclas la vida llegó ayer a Guadalajara con el objetivo de concienciar a instaladores y distribuidores de aparatos eléctricos, pero también a la ciudadanía en general, sobre la importancia de reciclar lámparas y tubos fluorescentes, ya que se trata de materiales contaminantes, que deben seguir un adecuado y especializado proceso de separación y reciclaje.
El viejo recinto ferial de Adoratrices acogió ayer la exposición Reciclas la luz, reciclas la vida. La muestra, promovida por la asociación Ambilamp (Asociación para el Reciclaje de Lámparas de España), llegó a la capital en el interior de un camión, que realiza las funciones de expositor, museo y medio de transporte de la muestra. Una exposición que está recorriendo toda España con el objetivo de concienciar, sobre todo a instaladores y distribuidores, pero también a la población en general, sobre la importancia del reciclaje de lámparas, fluorescentes, bombillas de ahorro y todo tipo de aparatos eléctricos y electrónicos. En este sentido, la asociación Ambilamp desarrolla un papel fundamental, tanto en el reciclaje como en la recogida de los materiales, desde que en 2005 se pusiera en marcha la directiva europea RAEE sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Esta directiva tiene por objetivo reducir la cantidad de este tipo de residuos, así como la peligrosidad de sus componentes, el fomento de su reutilización y su valorización, teniendo en cuenta que el 19 por ciento de la energía eléctrica que se consume en el mundo se destina al alumbrado.
Dentro de un tubo fluorescente
Durante la visita, los asistentes recorren los diferentes pasos que se llevan a cabo durante el proceso de reciclado de lámparas. A lo largo de un túnel que simula un tubo fluorescente, se pueden observar los diferentes tipos de materiales que se obtienen de la recogida de lámparas usadas, cristal, metal, plástico y mercurio, y los procesos de reciclaje que se siguen con cada uno de ellos, una vez que se separan. Por último, a través de una serie de pantallas, los visitantes obtienen toda la información sobre las lámparas, desde la normativa europea hasta el proceso de reciclado que regula la misma, paso a paso.
Como novedad, los asistentes pueden conocer los prototipos de contenedores especialmente diseñados para la recogida doméstica. Algunos de estos contenedores ya se han instalado en 10 centros de grandes superficies para la realización de pruebas piloto.
La responsable de la gira Ambilamp, Gema Cobo, explicó la importancia de reciclar los tubos fluorescentes gastados. Y es que en el interior de ellos, aunque hay poca cantidad de mercurio, es suficiente para contaminar 35.000 litros de agua. Tenemos que tener en cuenta que estamos ante un residuo contaminante que hay que recoger y darle una salida, no puede ir a cualquier contenedor o a un vertedero, destacó Cobo. Depositarlo en un Punto Limpio o devolverlo al lugar de compra son las dos opciones propuestas.
Dentro de un tubo fluorescente
Durante la visita, los asistentes recorren los diferentes pasos que se llevan a cabo durante el proceso de reciclado de lámparas. A lo largo de un túnel que simula un tubo fluorescente, se pueden observar los diferentes tipos de materiales que se obtienen de la recogida de lámparas usadas, cristal, metal, plástico y mercurio, y los procesos de reciclaje que se siguen con cada uno de ellos, una vez que se separan. Por último, a través de una serie de pantallas, los visitantes obtienen toda la información sobre las lámparas, desde la normativa europea hasta el proceso de reciclado que regula la misma, paso a paso.
Como novedad, los asistentes pueden conocer los prototipos de contenedores especialmente diseñados para la recogida doméstica. Algunos de estos contenedores ya se han instalado en 10 centros de grandes superficies para la realización de pruebas piloto.
La responsable de la gira Ambilamp, Gema Cobo, explicó la importancia de reciclar los tubos fluorescentes gastados. Y es que en el interior de ellos, aunque hay poca cantidad de mercurio, es suficiente para contaminar 35.000 litros de agua. Tenemos que tener en cuenta que estamos ante un residuo contaminante que hay que recoger y darle una salida, no puede ir a cualquier contenedor o a un vertedero, destacó Cobo. Depositarlo en un Punto Limpio o devolverlo al lugar de compra son las dos opciones propuestas.