Una mujer vestirá por primera vez cuatro estrellas

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Si los 60 fue la década de la emancipación femenina, ésta es la de su toma del poder. Nancy Pelosi gobierna el Capitolio, Hillary Clinton ha obligado a hablar de presidente o presidenta y ahora Ann Dunwoody es la primera general de cuatro estrellas que haya tenido nunca el ejército más poderoso del mundo.
En el Ejército de Tierra de EEUU, que resulta ser el cuerpo con más mujeres, el sexo femenino supone el 14% de poco más de un millón de tropas, pero las 57 generales que existen sólo son el 5% de los generales: 15 de una estrella, 3 de dos y 2 de tres, incluyendo a Dunwoody, que en cuanto sea confirmada por el Senado pasará a estrenar la máxima categoría.
La legislación castrense sólo permite 11 generales en activo, incluyendo al jefe del estado mayor, el general George Casey, que consideró el lunes “un gran día para la familia Dunwoody, para las fuerzas armadas y para la nación”.La familia Dunwoody no es una familia cualquiera, sino un clan militar de alcurnia. Durante cinco generaciones todos, su padre, su hermano, su abuelo y su bisabuelo se han graduado en West Point. Su padre sirvió en Vietnam, su abuelo en la II Guerra Mundial y hasta su bisabuelo era general de una estrella, como sus descendientes. Y eso fue antes de que el ejército integrara a las mujeres. Hoy su hermana mayor tiene el orgullo de haber sido la tercera mujer en pilotar un helicóptero y su sobrina Jennifer, hija de ésta, pilota un caza en Afganistan.

A lo largo de su vida la general Dunwoody ha roto eso que en EEUU llaman “el techo de cristal” muchas veces. Desde 1992 ha sido la primera mujer en comandar la 82 división de paracaidistas y en 2000 la primera general en Fort Bragg. Cuando en 2004 la nombraron adjunta a la Comandancia de Apoyo Combinado de Armas era también la primera en ocupar no sólo ese puesto, sino cualquier otro puesto de esa categoría G-4 del Ejército de Tierra, la de los generales de tres estrellas. Por eso si había una candidata para poner cara de mujer a los generales de cuatro estrellas ésa era la suya.

Vetadas en el frente
La categoría estaba cerrada al género femenino porque debido a una tradición no escrita sólo se llegaba a ella a través de méritos en combate, cuando las mujeres siguen vetadas en el frente. Su ascenso en las Fuerzas Armadas ha sido a través de los cuerpos médicos y logísticos, y de hecho es este último el que ha permitido a Dunwoody trepar por la escala castrense. La flamante general lucirá sus estrellas al frente de la Comandancia de Materiales del Ejército de Tierra, que con 56.000 militares y civiles a su cargo abastece a las tropas en Irak y Afganistán.