Una veintena de personas participan en el taller 'Sabores del mundo'

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: M.TOVAR ATANCE
Azuqueca de Henares
Doce niños –30 se han quedado en lista de espera–, y otros tantos adultos, han sido los afortunados que han podido participar en el taller de cocina y cuentos Sabores del Mundo que se ha impartido durante esta semana en Azuqueca de Henares. Mariana Pérez Duarte ha hecho volar a los participantes por los cinco continentes a través de sencillas y útiles recetas de cocina, que no han requerido el uso del fuego, y cuentos relacionados con cada uno de ellos.
La cocina y los cuentos unidos en el taller los Sabores del Mundo ha hecho, por segundo año consecutivo, las delicias de los niños y los padres. Un total de 12 chavales y otros tantos adultos se han convertido esta semana en cocineros en una cocina sin fuego improvisada en la Casa de la Cultura. Sin salir de Azuqueca han tenido la oportunidad de conocer más de cerca las historias y recetas de los cinco continentes, uno por cada día de la semana.
Mariana Pérez, mexicana de nacimiento y azudense de adopción, ha sido la encargada de dirigir esta iniciativa, como ya lo hiciera el año pasado. “Son recetas muy fáciles y como se elaboran con ingredientes de fuera resultan sorprendentes”.
El lunes fue el turno de las comidas europeas, los benjamines elaboraron una sangría de España, un bizcocho de queso de Polonia y unas patatas con salmón de Noruega. “Las patatas las cocimos en el microondas y luego las rellenamos con salmón ahumado”, detalla Mariana. El Ayuntamiento de Azuqueca les ha proporcionado todos los ingredientes, la mano de obra, el atuendo de cocinero y los cubiertos los ha aportado cada participante. En tan sólo un día dieron el salto al continente asiático. Inmersos en él preparaon brochetas de gominolas con frutos secos de Turquía, ensalada de yogur con plátano y otra con pepino de la India, y una ensalada de cangrejo de China. El miércoles descendieron hasta tierras africanas donde, siguiendo la dinámica de trabajo, elaboraron las bebidas típicas de la tierra, una ensalada de frutas, hibiscus de Senegal, rooibos de Sudáfrica y té verde de Marruecos. Y tras escuchar los cuentos de Mariana procedieron a degustar estos suculentos platos.
Los dos últimos días mezclaron las culturas de Oceanía y América Latina para culminar el taller. La extensa preparación de los kiwis con cáscara del jueves hizo que no pudieran degustarlos hasta el día siguiente, viernes, ya que necesitaban estar varias horas en la nevera, por lo que tuvieron que compartirlo con el ceviche de Perú y la ensalada de bahía de Brasil. Estos fueron los dos últimos platos con los que dieron la vuelta al globo terráqueo. Los filetes de merluza con cebolla, limón y naranja fueron los ingredientes estrella del ceviche, plato típico peruano. Para la ensalada fue necesario arroz, piña, gambas, leche de coco y maíz.
Las brochetas ha sido, sin duda, uno de los platos más elaborados, que necesitó de una noche de frigorífico para estar a punto. Tras cortar el pepino, la cebolla, la zanahoria y el pimiento en trozos grandes “los pusimos a marinar con vinagre y azúcar y un poco de agua y se dejó toda la noche en la nevera. Al día siguiente se ensartaron las brochetas y queda marinadito con todos los jugos que sueltan las verduras, más el vinagre y el azúcar queda como una miel”, explicaba Mariana.
La jornada final se convirtió en una auténtica fiesta, ya que con el paso de los días se han ido añadiendo más participantes de diferentes edades, aunque en principio estaba destinado a niños de siete a 10 años. “Se elige ese margen de edad porque tienen suficiente destreza motriz, pero luego vienen también los hermanos pequeños o los abuelos”.
La cocina sin fuego abrirá otra vez sus puertas el próximo 25 de agosto a un nuevo grupo de niños para que conozcan otras culturas durante una semana.