Unas fiestas por y para la capital
Es sin duda un reto, con sus riesgos, pero un retorno a lo que parece más lógico a falta de un recinto ferial habilitado, algo que había que hacer, y momento para colaborar en la implantación del modelo que vuelva a convertir a Guadalajara en lugar a visitar durante sus días grandes,
Finaliza casi el mes de agosto, el de las fiestas en los pueblos, aunque todavía quedan festejos en numerosas localidades, y el interés empieza a centrarse en la capital que ya conoce el ambicioso programa- 170 actos- que tendrá lugar desde el 7 al 18 del próximo mes. Sin embargo la ilusión no es tanto por toda esta actividad- pese a llevar dos años sin poder celebrarse por culpa de esa pandemia que paralizó o cercenó en demasía nuestras vidas- como por el hecho del cambio de ubicación de las mismas tras ser sacadas del centro urbano en 2008. Las peñas, y así nos lo han manifestado ya varias, están muy contentas con el nuevo escenario. Ya se sabe dónde estarán todas ellas y que la distribución de las atracciones feriales y chiringuitos propios será, como se dijo, en el eje de la Concordia- San Roque-Adoratrices y Fuente de la Niña, algo similar a la última Navidad y a otros momentos históricos de las propias fiestas que en el último siglo han cambiado varias veces de lugar, desde aquellos años en Las Cruces/Santo Domingo y el Jardinillo hasta la propia Concordia, en los sesenta-setenta, y el añorado viejo ferial de Adoratrices desde los ochenta. Mucho trabajo, esfuerzo, valentía y la mejor de las voluntades por parte del Ayuntamiento para devolver el esplendor a unas ferias que se habían alejado de la ciudad y con ello desvirtuado. Grandes dispositivos de seguridad y limpieza velarán porque todo salga bien porque preocupa el impacto sobre los parques, las molestias a los vecinos- motivo principal del último de los traslados- o la movilidad. Es sin duda un reto, con sus riesgos, pero un retorno a lo que parece más lógico a falta de un recinto ferial habilitado, algo que había que hacer, y momento para colaborar en la implantación del modelo que vuelva a convertir a Guadalajara en lugar a visitar durante sus días grandes, de alegría para los vecinos y de impacto económico para muchos sectores que lo precisan. Calentemos motores con espíritu constructivo.