Uno de los exiliados cubanos se niega a dormir en ACCEM

15/04/2011 - 00:00 EP/JP

El excarcelado cubano, Mario Alberto Pérez, y su familia, compuesta por diez personas de entre 30 y 40 años, se han negado a tomar posesión de los dos apartamentos preparados para ellos por Accem en Sigüenza, motivo por el que llevan desde el viernes en la calle.
   Los responsables del centro de refugiados que Accem tiene en la localidad de Sigüenza se han encontrado con una desagradable sorpresa: uno de los excarcelados, Mario Alberto Pérez Aguilera, se niega a dormir en las instalaciones de la ciudad del Doncel y desde su llegada él y el resto de la familia, otras 10 personas, están viviendo en la calle, a las puestas del centro. Según indica el responsable territorial de la institución, Braulio Carlés, todo comenzó durante la noche del pasado miércoles con la llegada del excarcelado Pérez Aguilera. “En total son 11 personas de entre 30 y 40 años, todos de mediana edad, que están divididos en dos grupos de cinco y seis personas”.
     Con el objetivo de facilitar su integración en el centro, se les habían preparados dos apartamentos. “Sin embargo, él aseguró que en Madrid se habían comprometido a darle tres apartamentos”. En ese momento, desde Accem se pusieron en contacto con la trabajadora social que se había encargado de atender a Pérez Aguilera y los suyos. “Ella nos dijo que eso no era cierto y, cuando intentamos que hablara con ellos, le colgaron el teléfono”.
   En ese momento, Aguilera y los suyos se negaron a inscribirse en las instalaciones y dormir en los apartamentos. “Decían que queríamos hacerles dormir en un sofá. Se trata de un sofá cama y las casas tienen cocina, cuarto de baño, salón... Son casas muy dignas que han estado utilizando otros refugiados sin ningún problema”. Pérez Aguilera y los suyos pasaron la noche en la calle. Carlés explica que es poco lo que Accem puede hacer en esta situación. “Hemos hablado con el Ministerio y nos da la razón, como todo el mundo”.
    Incluso otras familias de cubanos que ya han pasado por Sigüenza se habrían desplazado hasta allí para tratar de mediar en la solución del problema. “Ellos entienden que hacemos lo correcto. Si hiciéramos lo que quieren, otros podrían venir después y hacer sus propias exigencias”. Por su parte, Pérez Aguilera asegura que si su traslado a estas viviendas fuera “para dos o tres días” no habría problema, pero será “para dos a seis meses”, motivo por el que se ha negado a instalarse en ellas. “No se dan las circunstancias para que once personas puedan vivir”. Según su versión, ante esta negativa desde la ONG les habrían dicho que que entonces se tendrán que “quedar en la calle”.
   Pese a lo incomodo de la situación, Carlés cree que se trata “de algo medianamente normal” dentro de las circunstancia que tiene Pérez Aguilera. “Es normal que una persona que acaba de salir de la cárcel tenga un poco trastocado el concepto de libertad”. Por eso confía en que “entre en razón pronto y todo esto se quede en poco más que una anécdota”. Preguntada por la situación, la subdelegada del Gobierno, Araceli Muñoz, indicó que “desconocía” la naturaleza de los hechos ocurridos en Sigüenza, aunque se mostró dispuesta a, “desde el punto de vista humanitario, facilitar cualquier situación de esta familia dentro del marco legal y de la regulación en materia de Extranjería”. El cierre de esta edición, Pérez Aguilera continuaba en la calle.