
Urgencias zoológicas
18/09/2013 - 17:16
Era 1987. Habían pasado ya dos años desde la inauguración del Zoológico de Guadalajara y en la instalación, a la vera del río Henares, todavía se respiraba aroma a nuevo. El ambiente de novedad y entusiasmo por empezar un proyecto, sin embargo, no bastaba para aquel zoológico. Por eso, la Consejería de Agricultura y el Ayuntamiento de Guadalajara decidieron arriesgarse y ampliar la estructura ya existente: firmaron un convenio para crear el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre, una especie de hospital veterinario de urgencia dentro del propio zoológico.
Era 1987. Hace ya 26 años de aquello. Desde entonces, el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre no ha descansado en su dedicación de curar animales salvajes lastimados. La mayoría de sus pacientes son encontrados en las cercanías de Guadalajara, en un radio de 60 kilómetros a la redonda aproximadamente. Un 90 por ciento de los animales heridos son aves, de las que una buena parte son rapaces, explica el director del zoológico Fernando López Herencia, aunque aclara que también tienen que atender a otros animales dañados, como erizos, zorros y tortugas.
Hasta el centro del zoológico llegan estos animales heridos en vehículos del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) e incluso, a veces, gracias a algún particular que, o bien traslada al animal personalmente, o bien avisa a través del teléfono a los Servicios de Emergencia de la ubicación del animal malherido. López Herencia aplaude estos actos desinteresados. Es importante concienciar a la gente para que cuando encuentre un animal herido no lo deje tirado en una cuneta, observa el director.
Reponerse de las heridas
Las magulladuras de los animales durante sus andanzas por los terrenos usurpados por el hombre son variadas. Algunos animales han chocado con el tendido eléctrico, a otros los han atropellado; también hay pájaros que se caen de los nidos, describe el director. El tratamiento de cada animal lesionado varía según cada caso, como ocurre con las personas. El centro, una clínica veterinaria de urgencias según López, cuenta con el material necesario para tratar correctamente a los animales accidentados: un quirófano, una sala de rayos X, una consulta, etc.
Las magulladuras de los animales durante sus andanzas por los terrenos usurpados por el hombre son variadas. Algunos animales han chocado con el tendido eléctrico, a otros los han atropellado; también hay pájaros que se caen de los nidos, describe el director. El tratamiento de cada animal lesionado varía según cada caso, como ocurre con las personas. El centro, una clínica veterinaria de urgencias según López, cuenta con el material necesario para tratar correctamente a los animales accidentados: un quirófano, una sala de rayos X, una consulta, etc.
El porcentaje de recuperación de los animales tras los diversos tratamientos del centro suele rondar el 60 por ciento y, una vez finalizadas las curas, estos son devueltos a su hábitat. Aquellos que no consiguen una mejoría adecuada o que quedan incapacitados para vivir en libertad continúan el resto de su vida en cautividad en el interior del zoológico. Por otro lado, también hay animales que no sobreviven, claro, porque vienen ya muy heridos, matiza López Herencia.
Un esfuerzo conjunto
La época de trabajo más frenética en este centro de recuperación es el verano, aunque el número de animales heridos comienza concretamente a aumentar en abril y finalmente se estanca o se reduce con la llegada de septiembre. En verano hay mucho que hacer: ahora nos llegan al centro fácilmente cuatro o cinco animales heridos en un día, comenta el director del zoológico. Esto se debe a que esta época, por ejemplo, coincide con el periodo de emigración de algunas aves, según las palabras de López Herencia.
La época de trabajo más frenética en este centro de recuperación es el verano, aunque el número de animales heridos comienza concretamente a aumentar en abril y finalmente se estanca o se reduce con la llegada de septiembre. En verano hay mucho que hacer: ahora nos llegan al centro fácilmente cuatro o cinco animales heridos en un día, comenta el director del zoológico. Esto se debe a que esta época, por ejemplo, coincide con el periodo de emigración de algunas aves, según las palabras de López Herencia.
Debido al volumen de trabajo, es en este periodo cuando aumenta el número de trabajadores e incluso algunos empleados del zoo también colaboran allí curando animales. Aquí trabajamos todos, insiste Fernando López. Así que el número de empleados varía mucho.
Además, el zoológico tiene algunos convenios con universidades, como es el caso de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad Alfonso X El Sabio (UAX), así que el centro de recuperación se convierte durante el periodo estival en un lugar de enseñanza y aprendizaje ideal para que los alumnos desarrollen sus prácticas.
Panorama nacional
Los centros de recuperación de fauna salvaje se implantaron alrededor de los años 80 en España. El primer centro de este tipo que existió en la Península Ibérica fue el Centro de Recuperación de Fauna de Mariótida, situado en la ciudad de Vitoria, el cual abrió sus puertas en el año 1975.
Los centros de recuperación de fauna salvaje se implantaron alrededor de los años 80 en España. El primer centro de este tipo que existió en la Península Ibérica fue el Centro de Recuperación de Fauna de Mariótida, situado en la ciudad de Vitoria, el cual abrió sus puertas en el año 1975.
Actualmente los centros que se dedican a la recuperación, recepción, estudio, cría y educación de fauna salvaje o de un tipo concreto de dicha fauna superan la cantidad 60 entidades en toda España. El mayor de todos los centros españoles ha sido creado recientemente, en el 2010, en Soto de Viñuelas (Tres Cantos, Madrid). Su nombre es Centro de Recuperación de Animales Silvestres y tiene capacidad para acoger a 4. 000 animales.
Por otro lado, en Castilla-La Mancha existen otros cuatro centros además del ubicado en Guadalajara: Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas (Sevilla de la Jara, Toledo), Centro de Recuperación el Chaparrillo (Ciudad Real), Centro de Recuperación de Fauna Salvaje (Albacete) y Centro de Recuperación de Fauna Salvaje el Ardal (Cuenca).