Valdenuño celebró por todo lo alto el Interés Turístico Regional de su Santo Niño Perdido
La Fiesta del Santo Niño Perdido estrenaba este año la declaración de cita de Interés Turístico Regional y eso se notó en la calle. Ya el sábado, el delegado de la Junta, Alberto Rojo, acudió a la localidad para hacer entrega del distintivo a la botarga.
Rojo, junto al director provincial de Economía, Santiago Baeza, y al alcalde de Valdenuño Fernández, Óscar Gutiérrez, y al resto de la Corporación municipal participaron en los actos organizados para celebrar la obtención de este título. Entonces, el delegado ya advirtió lo que se confirmaría menos de 24 horas después, que el título “redundará en la atracción de un mayor número de visitantes al municipio”, además de servir para “reconocer el trabajo de todo un pueblo en el mantenimiento de esta tradición milenaria”.
El domingo por la mañana, el buen tiempo se unía a la celebración y la localidad se llenaba de vecinos, visitantes asiduos y curiosos que se acercaban por primera vez a una fiesta que va camino de cumplir los 300 años de vida. “Según los documentos que tenemos, data de 1721”, señala el primer edil.
Contentos por el reconocimiento obtenido y el elevado número de visitantes, la mañana del domingo comenzó con la botarga visitando las distintas casas del municipio para ahuyentar los malos espíritus, pedir donativos y alguna naranja para la guerra que tradicionalmente se celebra por la tarde. Y en algunos casos, incluso haciendo un paleoteo cuando se les solicita en alguna de las casas que visitan.
El ambiente de fiesta fue tal, que aunque el recorrido de la botarga comenzó a las 9.00 horas de la mañana, al filo de las 14.00 todavía seguía en la calle, y eso que la misa estaba programada para las 13.30 horas.
La fiesta no acabó con la mañana. Por la tarde, tras la procesión, comenzó la guerra de las naranjas con los chiquillos del pueblo, durante la que el botarga, que se dedicó a ‘molestar’ durante los distintos actos de la fiesta, ya fuera tirando el dinero de la recolecta o entorpeciendo la procesión, recibió su justo castigo. Y después la jornada, ya sí, finalizó con el último acto del programa festivo: la rifa de premios entre todas las personas asistentes.
Este año la sensación de optimismo era mayor que en otras ediciones, pero Gutiérrez deja claro que al margen de eso, ésta es “una fiesta que todo el mundo lleva dentro”. De hecho, él mismo formó parte de la botarga en su momento y son muchos los jóvenes que han pasado por ella. “Ahora mismo está formada por chicos de 18 o 20 años que se quedan en ella durante 4 o 5 años”.
En esta edición había varios actos organizados para celebrar la obtención del título de Interés Turístico Regional. Así, durante la mañana del sábado tuvo lugar una concentración de botargas y otros elementos representativos de las fiestas tradicionales de la provincia.
En concreto, asistieron a esta representación la botarga y los mascarones de Guadalajara, la botarga adulta e infantil y los vaquillones de Robledillo de Mohernando, las mascaritas de Salmerón, el tío Taratura de Romanones y las botargas de Mazuecos, Tórtola y Montarrón.